El retablo de la ermita de la Virgen del Tremedal de Tronchón está recuperando sus colores originales gracias al esfuerzo económico de los vecinos y de aquellos que tuvieron que dejar esta localidad del Maestrazgo -de solo 65 habitantes- conformándose  con regresar en verano. La cofradía que agrupa a unos y a otros ha logrado reunir a través de cuotas, donativos y venta de lotería, los 15.000 euros que cuesta la restauración de esta obra del siglo XVIII y los trabajos se encuentran ahora en pleno desarrollo.

“Esto es un orgullo para todos nosotros. En Tronchón sentimos auténtico cariño por esta ermita, por eso decidimos que el retablo tenía que volver a brillar como antes”, explica Fina Martínez, presidenta de la agrupación que ha recaudado el dinero. La ermita se encuentra en una zona de paseo a la que todas las tardes acuden vecinos para disfrutar del paisaje.

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Los trabajos, a cargo de la Fundación Santa María de Albarracín, terminarán a finales de enero. Fruto del fervor de la población, que adecentaba la ermita antes de cada romería, el retablo llegó a acumular hasta tres capas de pintura acrílica que ocultaron los primeros dorados y dibujos marmóreos, los cuales podrán verse de nuevo ahora en todo su esplendor. Así lo explica el gerente de esta entidad especializada en la restauración del patrimonio antiguo turolense, Antonio Jiménez, quien destaca que la labor de recuperación “está devolviendo la luz y la vida” al retablo.

La ermita es una de las pocas en la provincia de Teruel que tiene planta circular. Cuando en 2014 se restauró su cúpula, también a cargo de la Fundación Santa María de Albarracín, ya aparecieron las pinturas originales del siglo XVIII. La recuperación del retablo no es la única obra impulsada por la cofradía de la Virgen del Tremedal en la ermita, pero sí la primera financiada íntegramente con dinero de sus más de 200 socios.