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La empresa de aguas de Teruel diseña un sistema para prevenir las situaciones de sequía

Procesará indicadores de precipitación, reservas embalsadas y caudales para detectar riesgo de escasez con antelación.

El pantano del Arquuillo de San Blas, que abastece a Teruel, al 83% de su capacidad.
El pantano del Arquillo de San Blas, que abastece a Teruel, al 83% de su capacidad.
Jorge Escudero

La empresa encargada del suministro de agua en la capital turolense, Aguas de Teruel, ha diseñado un sistema para prevenir las situación de extrema sequía y tomar medidas con antelación para evitar que se repitan crisis como la desatada con la escasez de precipitaciones de los años 2017 y 2018. En ese periodo, las reservas del pantano del Arquillo, principal fuente de abastecimiento, cayeron al 13% de su capacidad, lo que obligó a aplicar severas restricciones al consumo, como la suspensión del riego de jardines, el cierre de todas las fuentes públicas y la eliminación del baldeo de calles.

El procedimiento de alerta elaborado por Aguas de Teruel con la Universidad Politécnica de Valencia utiliza datos de precipitación en la cuenca del Guadalaviar, de caudales y de agua embalsada en el Arquillo para, una vez procesados de acuerdo a distintas ponderaciones, determinar el riesgo de sequía a corto plazo. El estudio señala que, mediante el procesamiento de los indicadores seleccionados, en invierno se podrá determinar si se avecina una situación de escasez de lluvias para el próximo verano. La previsión de una sequía grave puede hacerse hasta con un año de antelación. El objetivo final es "predecir los periodos de escasez con suficiente fiabilidad sin crear alarmas innecesarias", según la empresa de aguas.

Dos profesores de la Universidad Politécnica de Valencia, Javier Paredes y Abel Solera, junto con técnicos de Aguas de Teruel han sido los encargados de elegir los indicadores meteorológicos e hidrológicos que deben seguirse, así como de fijar cómo se combinan para determinar el riesgo de sequía. Los datos se tomarán de sensores ya instalados por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en la cuenca del Guadalaviar. Entre otros parámetros, se manejarán las reservas del pantano del Arquillo, el caudal de entrada acumulado durante tres meses o la pluviometría de los últimos seis meses. Los autores han fijado los cálculos matemáticos que combinan estos datos hidrológicos para obtener el mejor indicador de futuras sequías.

Desde Aguas de Teruel señalan que, una vez detectado el peligro de sequía inminente, se podrán adoptar medidas para minimizar sus efectos sobre el abastecimiento urbano, como poner en marcha campañas de ahorro, reducir el uso para riego o utilizar con antelación los pozos alternativos al Arquillo, que, durante la última sequía, se convirtieron en el principal abastecedor de la capital.

Global Omnium, empresa matriz de Aguas de Teruel, señala que Teruel fue el municipio que más problemas padeció en la sequía de 2017-2018 de entre los 300 que están a cargo de esta compañía, la gran mayoría de ellos en Levante, pero también en el País Vasco. Teruel tiene un régimen de lluvias con "mucha tendencia a las sequías", según la empresa suministradora, y con el cambio climático esta amenaza se va a incrementar. La existencia de pozos en San Blas y Caudé "garantiza" el suministro, pero esta solución tiene el inconveniente de disparar "dramáticamente" los costes de combustible para el bombeo de agua. Uno de los objetivos del plan de alerta temprana es rebajar el consumo energético para elevar agua.

Desde la empresa de aguas indican que es "muy probable" que el indicador de sequía se aplique en el "corto o medio plazo" y que se utilice para la redacción del plan de emergencia frente a la sequía de la ciudad, en redacción.

Aunque la situación del pantano del Arquillo es buena actualmente -con un 83% de reservas-, las sequías obligaron a adoptar restricciones en 2017-2018 y, sobre todo, en el bienio 1994-1995, cuando al agotarse el pantano –se quedó con el 1,8% de reservas– la CHJ tuvo que construir pozos en San Blas para cubrir las necesidades de la ciudad. Además, la captación del Arquillo rebajó de cota para aprovechar la poca agua almacenada del embalse. Para reforzar el suministro a largo plazo, el Ayuntamiento aprobó el pasado noviembre perforar cinco pozos en busca de reservas complementarias de agua en el entorno de la ciudad.  

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