El pantano abre las compuertas para reservar espacio a posibles avenidas

El pantano del Arquillo desembalsa desde ayer a un ritmo que supera los 5 metros cúbicos por segundo ante el elevado caudal que aporta el Guadalaviar, que ronda los 6,7 metros cúbicos, y el incremento de las reservas hasta 19,5 hectómetros cúbicos, el 92% de la capacidad total, de 21 hectómetros. La apertura de las compuertas pretende reservar un espacio vacío en el embalse de 1,5 hectómetros cúbicos para contener una hipotética riada.

La apertura de las compuertas se produce solo tres meses después de que las reservas de la presa alcanzaran un mínimo de 2,8 hectómetros cúbicos –el 13% de la capacidad–, lo que puso en apuros el abastecimiento de la capital y obligó a poner en marcha fuentes alternativas de suministro con la entrada en servicio de los pozos de San Blas. Además, la caída del volumen de agua almacenada comportó la aplicación de restricciones al consumo, como la suspensión del baldeo de calles, el cierre de todas las fuentes públicas y el recorte de riego a los parques y jardines.

La mejora de la situación a partir de marzo con las abundantes lluvias en la cuenca del Guadalaviar permitió levantar las limitaciones en abril. La persistencia de las lluvias obliga, un mes después, a desembalsar para mantener un colchón de seguridad disponible para retener una posible avenida.

La Confederación Hidrográfica del Júcar comunicó ayer a Protección Civil de Teruel un "desembalse técnico" del Arquillo que superará los 5 metros cúbicos "como consecuencia de los caudales que se están registrando en la entrada del embalse". A su paso por Gea de Albarracín, a las puertas del pantano, el Guadalaviar registraba ayer 6,7 hectómetros cúbicos, más del triple que hace solo tres días. Para compensar esta incorporación de reservas, la presa empezó a incrementar sus salidas el pasado día 27 hasta alcanzar ayer picos de 5,76 metros cúbicos.