Los museos de la Fundación de Albarracín cierran el año con un 16% más de visitantes

La Fundación Santa María de Albarracín no ha podido cerrar el año con un balance más positivo al haber incrementado el número de visitantes a sus museos en un 16% con respecto a 2016. Por los recintos culturales y expositivos –denominados espacios y tesoros– dependientes de la entidad han pasado un total de 40.585 personas frente a las 33.000 del ejercicio anterior.

El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, atribuye el crecimiento de la demanda de visitas guiadas a los museos y la catedral a la apertura de esta última, un edificio que ha permanecido en obras los últimos años y que desde 2017 luce una imagen plenamente renovada. «Es un atractivo imprescindible dentro del patrimonio cultural y turístico de Albarracín», señalaba el gerente, quien ha considerado, no obstante, que el repunte mantiene la tendencia general de incremento de la afluencia de turistas registrado en toda la provincia.

En cuanto a actividades realizadas en las instalaciones de la Fundación, estas siguen la línea de 2016, ya que se han organizado 109 acciones frente a las 106 del año anterior. Destaca, a juicio de Antonio Jiménez, el gran número de actos, generalmente congresos, promovidos por entidades de fuera de la provincia, que, con una cifra de 58 iniciativas, supera a las 51 organizadas por la propia Fundación. «Este dato es muy significativo, porque a mi juicio ratifica la singularidad y calidad de nuestras infraestructuras para atraer a gente de fuera», subrayaba Jiménez.

El número de participantes en las actividades organizadas tanto por la Fundación como por entidades ajenas a esta se mantiene en los parámetros de los últimos años, con una cifra que asciende a 5.158 personas. En 2016 se registraron 5.123 participantes.

Antonio Jiménez resaltaba la repercusión económica que supone la presencia de visitantes durante varios días en la localidad turolense. «Para nosotros es un revulsivo, porque hay que tener en cuenta que este número de personas quintuplica la población que tiene Albarracín».

Más de 30 piezas restauradas

A las acciones turísticas y de proyección al exterior se suma la labor formativa de la Fundación, que ha logrado restaurar durante los meses estivales un total de 32 piezas artísticas dentro de los cursos de bienes muebles.

La actividad, que se viene desarrollando sin interrupción desde hace veinte años, con la colaboración económica del Inaem y el asesoramiento técnico del Instituto de Patrimonio Cultural de España, tiene una gran demanda entre especialistas de todo el país. De hecho, este año se ha registrado una larga lista de espera que ha triplicado el número de plazas ofertadas, diez en cada uno de los siete cursos previstos.

Entre los objetos intervenidos figuran piezas de diferentes materiales, como encuadernaciones, textiles, retablos, pinturas al caballete y murales y metales. Destaca un tapiz de la colección flamenca del siglo XVI expuesta en el Museo Diocesano, así como un cubrecáliz y una mitra de obispo, dentro del curso de restauración de tejidos. Pero también sobresale la intervención llevada a cabo en el retablo de la Adoración de los Reyes, perteneciente a la capilla de las Almas de la catedral.

Una custodia de plata y una naveta de forja fueron restaurados en el curso dedicado a los metales; y en el de encuadernaciones, se recuperaron, entre otros objetos, dos cantorales y cinco pergaminos.

La escasez en España de propuestas formativas de carácter aplicado y muy especializadas en todos los campos de la restauración de bienes muebles, así como un  profesorado compuesto por expertos profesionales, hacen que estos cursos sean especialmente valorados. El gerente considera que se trata, además, de acciones que conllevan «importantísimos resultados en mejoras patrimoniales para la Fundación y el patrimonio de Albarracín». Ente otras cuestiones, ha permitido crear un centro de restauración dependiente de la propia Fundación Santa María.