Un estudio repasa la historia de Sierra Menera a los 30 años de su disolución

La economía de Ojos Negros y su entorno giró 87 años en torno a esta empresa de minas de hierro.

Estación del tren minero en Ojos Negros
Un estudio repasa la historia de Sierra Menera a los 30 años de su disolución
Sierra Menera

La empresa Sierra Menera de Ojos Negros, que dio lugar a un potente foco de actividad industrial en torno a la extracción de mineral de hierro, cerró sus puertas en 1986 y, un año después, en 1987, se disolvió. Terminaba así un periodo de casi un siglo de producción minera en Teruel conectada con la siderurgia en Sagunto (Valencia) a través de un tren de uso exclusivo de 204 kilómetros.

Coincidiendo con el trigésimo aniversario de la disolución de la sociedad minero-metalúrgica, se acaba de publicar ‘De los montes de Teruel a las playas valencianas’, un trabajo de Diego Arribas y Alexia Sanz, que repasa la trayectoria de Sierra Menera. Esta empresa extrajo 45 millones de toneladas de mineral durante 87 años y fue la principal fuente de empleo en Ojos Negros y varios pueblos del entorno, como Villar del Salz, Peracense, Rodenas o Setiles (Guadalajara).

La industria, promovida por el empresario vasco Ramón de la Sota, arrancó en 1900. Además de explotar los yacimientos de Ojos Negros y Setiles, construyó un ferrocarril para transportar el mineral hasta los muelles de Sagunto (Valencia) para su embarque rumbo al Reino Unido. Posteriormente, levantaría sus propios altos hornos en Sagunto. El primer convoy cargado de mineral llegaba al puerto valenciano en 1907. Constaba de 15 vagones cargados con 20 toneladas cada uno. En 1972 el transporte se contrató con Renfe, provocando un despido masivo de trabajadores. Otra gran infraestructura acometida por la empresa fue el túnel de Montiel, de 1.802 metros y que conectaba las explotaciones de Setiles con las de Ojos Negros. En 1969 se equipó con una cinta transportadora de 2,5 kilómetros.

Diego Arribas y Alexia Sanz repasan las duras condiciones de trabajo de las primeras décadas de actividad y los bajos salarios, unidos a una elevada siniestralidad laboral. Las primeras excavadoras no llegaron hasta 1921. En 1932 se paró la producción, que ya no se retomaría hasta 1941 estimulada por autarquía franquista. La mecanización propició un incremento de la extracción hasta alcanzar el máximo en 1980, con 2,3 millones de toneladas. Pero este dato queda empañado por los primeros síntomas de la crisis que precipitará el cierre en solo seis años como consecuencia de la "reorganización" del sector derivada del ingreso en la UE.

En los años setenta, el sector siderúrgico entra en una crisis global, "empujando a la Compañía Minera de Sierra Menera hacia su extinción", sellada en 1987, hace justo tres décadas. La desaparición sumió a Ojos Negros y su entorno en una crisis demográfica de la que nunca se recuperaría. De los 1.029 habitantes que tenía en 1981 cayó a los actuales 406, poco más de un tercio.

Los autores resaltan que la "huella industrial" que dejó la actividad minera "constituye hoy un recurso" con posibilidades turísticas y culturales. De hecho, el Ayuntamiento trabaja en la rehabilitación de algunas infraestructuras extractivas, como los silos, la nave de clasificación de mineral o la vía minera.

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