Técnicas sofisticadas para localizar la puerta principal de la ciudad romana de la Caridad

Nueva campaña de excavaciones del Museo en el asentamiento de Caminreal, que data del siglo I antes de Cristo.

Los arqueólogos Jaime Vicente y Beatriz Ezquerra extraen objetos domésticos de una de las viviendas de la ciudad romana de la Caridad de Caminreal.
Los arqueólogos Jaime Vicente y Beatriz Ezquerra extraen objetos domésticos de una de las viviendas de la ciudad romana de la Caridad de Caminreal.
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El Museo de Teruel utilizará modernos sistemas de teledetección aérea para localizar el acceso central a la ciudad romana de la Caridad, una estructura que, a pesar de tener indicios de su presencia por el foso que rodeaba este importante enclave del siglo I antes de Cristo, no ha podido ser descubierta aún. La ciudad celtíbero romana de la Caridad es, con 12 hectáreas de superficie, uno de los asentamientos de esta época más extensos que se conocen.


La localización de la entrada principal de este núcleo y descubrir la posible existencia de torreones constituyen uno de los principales objetivos de la campaña de excavaciones que llevan a cabo los arqueólogos del Museo este verano, una actividad que viene a continuar el trabajo que realiza la institución de forma sistemática desde hace 32 años. Durante este tiempo se han logrado rescatar más de veinte mil piezas. A través de las tecnologías más avanzadas del momento, como la teledetección por imágenes, junto con las clásicas prospecciones del terreno, se pretende, asimismo, encontrar elementos monumentales. Para ello, se concentrarán parte de las labores en la calle central del núcleo urbano, donde se piensa que podrían situarse las edificaciones de carácter público, las de mayor envergadura.


El director del Museo, Jaime Vicente y responsable junto con Beatriz Ezquerra de las excavaciones, señaló que con estas dos intervenciones se pretende incidir en sectores del asentamiento hasta ahora inéditos.

Una treintena de casas

Según dijo Vicente, en los más de treinta años de presencia del Museo en la Caridad se han rescatado los restos de 29 casas, por lo que los estudios sobre arquitectura doméstica son muy completos. "La información que hemos obtenido sobre la vida cotidiana es bastante amplia", apuntó el arqueólogo. "Era preciso ahora resolver otras cuestiones de carácter urbanístico y comprobar si se conservan elementos monumentales", añadió.


Pero esta actuación no es la única. Las excavaciones se han centrado en el último mes y medio en la zona oeste de la villa, concretamente, en una vivienda de 300 metros cuadrados de superficie adosada a la muralla. El espacio que ha merecido mayor atención ha sido el del hogar, donde en una superficie de 36 metros cuadrados se han podido rescatar estructuras y numerosos materiales que los habitantes de esta villa usaban en su vida diaria en el momento de su destrucción.


Jaime Vicente calificó los resultados obtenidos en las primeras semanas de la campaña como "satisfactorios". "Hemos recuperado un conjunto muy notable de materiales que muestran el uso diverso que se le daba a la estancia del hogar", agregó. Han salido a la luz llares, ganchos para sujetar calderas, vajillas cerámicas, herramientas agrícolas y un lote importante de armamento. Debido a su mal estado de conservación, algunas piezas metálicas han tenido que ser protegidas para su extracción con la finalidad de evitar su destrucción.


En las excavaciones de este año participan cinco personas, nada que ver con temporadas pasadas, en algunas de las cuales llegaron a realizar prácticas hasta un centenar de estudiantes. Los problemas económicos de las instituciones han reducido drásticamente las vías de financiación de los trabajos, que se vieron obligados a interrumpirse durante tres años.

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