Un solo grifo público abastece de agua de calidad a todo Bello desde hace un año

?El alcalde pide ayuda para hacer una nueva traída y acabar con la afección por nitratos que sufre el actual suministro

Los vecinos de Bello acuden a la planta desnitrificadora para llenar botellas y garrafas.
Un solo grifo público abastece de agua de calidad a todo Bello desde hace un año

Los vecinos de la localidad de Bello con su alcalde, Jaime Barrado, a la cabeza, reclaman una solución definitiva para los problemas por contaminación de nitratos que presenta el agua corriente de sus casas, la cual, debido a sus características, ha sido declarada no apta para el consumo humano por los servicios sanitarios del Gobierno aragonés.


Como solución provisional, la Diputación Provincial de Teruel instaló hace ahora un año en la antigua casa del médico una planta desnitrificadora que proporciona agua de calidad a través de un grifo, pero esta medida resulta insuficiente, sobre todo ahora, cuando de los 250 vecinos habituales se ha pasado a más de 1.000 debido a la llegada de veraneantes.


"Solo hay que imaginar que tenemos que ir diariamente todos los vecinos al único grifo que hay en el pueblo a llenar botellas, para comprender la incomodidad y precariedad que supone", se quejó una mujer. "La otra opción –continuó– es comprar agua embotellada en Calamocha".


El alcalde se mostró indignado con la situación y reclamó a las Administraciones ayudas económicas que permitan completar la ejecución del proyecto existente para traer el agua de un nuevo pozo, cuyo suministro reviste la calidad necesaria.


"Estamos muy enfadados y dolidos. Tiene que haber una forma de realizar la nueva traída y proporcionar agua buena a toda una población", dijo Jaime Barrado. El alcalde manifestó que "no es lógico que tengamos que ir todos con las garrafas de cinco litros a un único grifo".


Desde la DGA señalan que está previsto que las obras incluidas en el convenio con el Ayuntamiento de Bello para aprovechar las aguas subterráneas de un pozo denominado ‘La Atalaya’, con caudal apto para el consumo humano y suficiente en cantidad para abastecer a la población, se ejecuten con presupuesto del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) de 2016.


Sin embargo, el alcalde no oculta su temor a que en este ejercicio falte financiación y la continuación de las obras se demore hasta 2017. El presupuesto global de la actuación asciende a algo más de 400.000 euros. En el año 2015, el Ayuntamiento de Bello ya destinó una subvención de 60.000 euros otorgada por el Instituto Aragonés del Agua a la ejecución de los primeros 900 metros de la conducción de agua desde La Atalaya al pueblo. Este pozo se encuentra a unos tres kilómetros del casco urbano de la población.


Barrado advierte de que, en el plazo de 10 o 15 días, la población crecerá aún más, al dar comienzo las fiestas patronales de la localidad. Según explica, el agua que sale por los grifos de las viviendas solo puede ser utilizada para duchas y lavado de ropa, mientras que para beber y cocinar, hay que acudir al grifo instalado en la casa del médico.


"Estamos olvidados de la Administración y nos sentimos muy defraudados respecto de aquellos que deben velar por la calidad de vida en los pueblos", protestó Jaime Barrado. "¿Quién va a venir a vivir o a instalar un negocio sin agua potable en las casas?", continuó el alcalde, quien lamentó que el Consistorio no tiene medios económicos para afrontar las obras de la nueva traída.

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