Durante el acto de entrega de los diplomas a los once alumnos –6 mujeres y 5 hombres con edades comprendidas entre los 19 y 24 años– que han asistido a la Escuela Taller, el concejal delegado de la misma, José Manuel Valmaña, destacó ayer "el éxito" obtenido por este proyecto. A lo largo de su año de funcionamiento, el centro de ocio juvenil ha registrado 1.800 usuarios de media cada fin de semana y se han desarrollado 629 propuestas, algunas organizadas por entidades colaboradoras.

El concejal delegado de Juventud, José Luis Torán, señaló que debido a la imposibilidad de llevar a cabo todo el proceso con el tiempo suficiente para sustituir a la Escuela Taller, se decidió realizar "una oferta de contrato menor a la que optaron cuatro empresas, entre ellas Diverotium, por un importe de 18.000 euros más IVA".

Torán señaló que los técnicos del Ayuntamiento están ultimando las bases del pliego de condiciones para sacar a concurso la explotación del edificio de la plaza Domingo Gascón, y confía en que se convoque lo antes posible para su rápida adjudicación, de manera que el 1 de marzo de 2016 pueda hacerse cargo de las actividades de ocio una nueva empresa.

El concejal mostró su satisfacción por el buen funcionamiento del centro en su primer año de vida de la mano de la Escuela Taller. Dijo que esta entidad formativa, que ha contado con un presupuesto de 315.690 euros cofinanciados por el Ayuntamiento turolense y el Fondo Social Europeo a través del Inaem, "ha hecho una gran labor", y espera que se repita a pesar del cambio experimentado en su explotación.

Los once alumnos, que ayer se despidieron del centro de ocio tras recibir los certificados de profesionalidad, estarán a partir de ahora capacitados para una inserción laboral "más satisfactoria que si no tuvieran los diplomas", dijo la directora provincial de Inaem, Patricia Utrillas. Agregó que esta Escuela Taller ha sido "diferenciadora, al haberse enfocado el tema del ocio y tiempo libre desde una faceta educativa".

Por su parte, el director del centro, Luis Pina, recordó que el edificio se ha convertido en su año de funcionamiento "en referente para los jóvenes durante los fines de semana".

El éxito alcanzado en el proceso de dinamización del edificio ha diluido la polémica generada durante muchos años y que comenzó con el coste de la obra, 7 millones de euros, una cantidad que excedía al proyecto original en el que se planteaba menos superficie subterránea que la diseñada al final. Su construcción, que se dilató en el tiempo, ocasionó quejas de los vecinos por ruidos y grietas, y, posteriormente, la falta de un uso concreto del edificio demoró su apertura al público. A ello se suma la controvertida estética de la plaza.