El desbordamiento de una rambla inunda una veintena de casas en Aliaga y sus barrios

Una intensa tormenta de lluvia y granizo provocó la crecida repentina de un torrente en la zona de Aldehuela, que estuvo incomunicada más de una hora por el corte de la carretera

Ernesto Mormeneo limpia su patio, que quedó cubierto de agua hasta el zócalo de la pared.
El desbordamiento de una rambla inunda una veintena de casas en Aliaga y sus barrios
Lucía Peralta

Con el susto todavía en el cuerpo, los vecinos del barrio de Aldehuela, en Aliaga, se afanaban ayer en limpiar el lodo y los arrastres que el desbordamiento de una rambla dejó en sus casas durante la noche del sábado, en plena celebración de las fiestas patronales. En este enclave, situado a tres kilómetros del núcleo urbano, se asientan unas sesenta casas, la mayoría de segunda residencia, en trece de las cuales la tromba de agua entró con fuerza demoledora por la puerta trasera y salió llevándose todo por delante por la entrada principal. 


Sus habitantes no recuerdan nada igual, y explican que la tormenta, que descargó 120 litros de agua por metro cuadrado en algo más de hora y media –según un medidor del barrio de Santa Bárbara–,  les sorprendió a la mayoría sobre las ocho y media de la tarde en las calles de la localidad, donde se acababan de celebrar vaquillas. Tras llover de forman ininterrumpida, alternando agua y pedrisco,  las calles de mayor pendiente se vieron inundadas en poco tiempo, por lo que muchas personas optaron por refugiarse en la iglesia, donde se celebraba la novena. 


El barrio de Aldehuela fue el más castigado; además de trece de sus casas, la calle principal, durante más de una hora convertida en un río, sufrió el efecto de la tromba al levantar el agua y las piedras que arrastraba parte del pavimento. Pero también se vieron afectadas cinco viviendas de la parte baja del pueblo, así como varios almacenes del barrio de Santa Bárbara. El campo de fútbol se inundó y el camping y la ermita de la Virgen de la Zarza quedaron sin fluido eléctrico. 

Ernesto Mormeneo, un madrileño que pasa sus vacaciones en Aliaga, se encontraba en el pueblo cuando un vecino le avisó de que su casa era uno de los inmuebles que la rambla había inundado en Aldehuela. Tardó en llegar, porque la carretera por la que se accede al barrio permaneció cortada más de una hora a causa del desbordamiento del río Guadalope y de los desprendimientos de piedras y barro que cubrían la calzada. "Cuando llegué, todo estaba lleno de lodo y el agua había alcanzado metro y medio de altura". "Estuvimos limpiando hasta las dos de la madrugada", aclaró.El campo de fútbol, anegado

El alcalde de Aliaga, Sergio Uche, recorrió ayer las calles de la localidad y de sus barrios para evaluar los daños ocasionados por la tormenta en las infraestructuras municipales, así como para colaborar en la limpieza con máquinas y mangueras. Según explicó, a los destrozos en el asfalto de la calle mayor de Aldehuela hay que sumar diversos desperfectos en las dos pasarelas que circundan el paseo fluvial. 


Uche recorrió las casas dañadas, algunas cerradas por encontrarse sus propietarios en sus ciudades de residencia habitual. Manuel Cerero sacaba con palas y escobas el barro de la casa de su hijo, que había regresado a Barcelona hacía dos días. "Viene en camino, pero cuando vea lo que ha hecho el agua se va a asustar, porque la caldera de la calefacción está inservible". Según señaló, al abrir la puerta de la vivienda, el agua acumulada salió como un torrente. "El sofá estaba flotando y el depósito de gasoil fue desplazado. Ha sido tremendo", concluía el hombre.