NUEVO ALCALDE EN TERUEL

Arropado por los máximos dirigentes del PP aragonés, salvo Rudi

Entre el público, numerosos políticos. Asistió la candidata socialista a la alcaldía en 2011 y el posible cabeza de lista del PP.

Por primera vez desde que el pasado 29 de octubre el ex alcalde Miguel Ferrer abandonara del PAR e hiciera estallar por los aires la estabilidad municipal, el salón de plenos registró ayer un lleno a rebosar. La tercera sesión plenaria tras la espantada de Ferrer fue multitudinaria, aunque los asistentes no fueron en su inmensa mayoría ciudadanos interesados por conocer el desenlace de la peor crisis institucional vivida en el Ayuntamiento durante la democracia, sino representantes de partidos políticos.

Destacó por lo numerosa y cualificada, la representación del PP, que incluyó al portavoz en las Cortes, Eloy Suárez, además de los diputados Rosa Plantagenet y Miguel Ángel Lafuente y la presidenta del partido, Carmen Pobo. En un discreto segundo plano estaba el arquitecto José Antonio Virto, uno de los posibles cabezas de lista del PP para el Ayuntamiento de Teruel en 2011.

La representación del PSOE, que vio como la alcaldía de la ciudad se le escurría entre las manos, estuvo liderada por el vicesecretario provincial y presidente de la Diputación Provincial, Antonio Arrufat. También acudió la cabeza de lista socialista para 2011, Mayte Pérez, y el presidente de la Comarca de Teruel, José Luis López.

Por su parte, el PAR, formación en cuyo seno estalló la crisis, estuvo representado por el presidente del comité local, Miguel Ángel Fortea, y el portavoz en la Diputación Provincial, Francisco Abril. Por la CHA, siguió la sesión el secretario territorial, Ángel Sánchez.

Las sillas del salón de actos no fueron suficientes para acoger a todos los presentes, entre los que también había algunos veteranos de la política turolense, como el ex presidente de la Diputación Provincial de Teruel y ex consejero Isidoro Esteban o los ex diputados del PP Cosme Martínez y Antón Borraz, que no se quisieron perder un pleno insólito que alguno de los oradores definió con tintes berlanguianos.