TERUEL

Las primeras jaulas trampa cazan doscientas palomas en dos semanas

El Ayuntamiento prevé instalar en breve otros dos dispositivos de captura cerca de la plaza de Bretón y de la Catedral. La campaña para atrapar estas aves pretende reducir de forma sensible su población y evitar así las molestias que ocasionan.

Las dos primeras jaulas-trampa instaladas por el Ayuntamiento de Teruel para reducir la colonia de palomas en la ciudad han capturado 200 ejemplares en solo dos semanas. La empresa encargada de este servicio, Ambigest, confía en que el número de capturas se mantenga alto en las próximas semanas para descender a continuación a medida de que la población se reduzca y las aves se vuelvan más recelosas hacia las trampas. La campaña continuará durante los próximos seis meses y, además, el número de jaulas se incrementará con dos localizaciones más -cerca de la plaza de Bretón y de la Catedral-.


El concejal delegado de Medio Ambiente, Julio Esteban, se felicitó ayer por los resultados de las primeras semanas de captura y señaló que, además de las cuatro jaulas-trampa previstas en el Centro Histórico, se cazarán aves con red en uno de los patios de la Prisión Provincial, otro de los puntos de la ciudad en los que se ha detectado una presencia numerosa de palomas.


El responsable de control de aves de Ambigest, Guillermo Costas, explicó que las trampas sirven para reducir la población de palomas pero no para su erradicación, porque "siempre hay algunos ejemplares que desconfían y no entran". Costas, encargado de supervisar el funcionamiento del dispositivo montado en la ciudad, añadió que unas pocas aves que escapen son suficientes para que la población se recupere en poco tiempo ya que se trata de una especie que se reproduce con rapidez.


Las jaulas de captura atraen a las aves con comida -trigo y cebada- y agua. Las palomas pueden entrar en el interior, pero no salir. Una de las trampas, situada en una casa de la calle de San Francisco, ha servido para eliminar 150 aves en quince días. Se trata de un habitáculo de malla metálica de 2,5 metros de ancho por 5,6 de largo y 1,7 de alto montado en una terraza.


Una vecina comentó que la afluencia de palomas es continua en busca del cereal y el agua depositados dentro de la jaula. Además, la recogida de ejemplares que se efectúa cada semana deja varias aves en el interior para que actúen también como reclamo para su congéneres. Guillermo Costas agradeció la colaboración de los vecinos que ceden gratuitamente los espacios para instalar las trampas.


Los pájaros, una vez capturados, se trasladan a Huesca -donde tiene su sede Ambigest- para ser eliminados mediante su encierro en recipientes con CO2, un gas que provoca la muerte de los pájaros en 5 o 10 segundos sin apenas sufrimiento. Los cadáveres se incineran a continuación, una labor de la que se encarga la empresa pública Sirasa.


El Ayuntamiento acomete la campaña de caza de palomas ante los problemas que la proliferación de estas aves causan en la ciudad, sobre todo en su Centro Histórico. Los ejemplares muertos y sus excrementos dañan los tejados y atascan los desagües. Las defecaciones ensucian edificios públicos y privados, así como las calles y plazas. Además, se trata de una especie que puede transmitir algunas enfermedades al hombre. La Asociación de Vecinos del Centro Histórico manifestó su malestar por esta situación y reclamó soluciones.


Esteban añadió que, en caso de que la campaña resulte exitosa, podría ampliarse en el tiempo o incorporar trampas en otros puntos de la ciudad. El concejal aclaró que la campaña para reducir la población de palomas pretende que la presencia de esta especie en la ciudad "deje de ser un problema". En las inspecciones realizadas por Ambigest para evaluar el problema, las principales concentraciones de palomas se detectaron en torno a la Glorieta, la plaza de la Catedral y la plaza de los Amantes.