CENTENARIO DE JOAQUÍN COSTA

Salvas y albadas para honrar los restos de Costa en el mausoleo de Torrero

Un centenar de vecinos de Zaragoza, Graus y Monzón asistieron al homenaje de ayer.

La consejera Broto lee a los asistentes su discurso, ayer en el cementerio de Torrero.
Salvas y albadas para honrar los restos de Costa en el mausoleo de Torrero
ARáNZAZU NAVARRO

Un centenar de personas -la mayoría llegadas de Graus y Monzón- se reunieron ayer frente al mausoleo de Joaquín Costa del cementerio zaragozano de Torrero para rendir homenaje al prócer que «con la vara de su verbo inflamado alumbró la fuente de las aguas vivas en el desierto estéril», según reza su epitafio. Con motivo de los cien años de su muerte, Aragón recordó a Costa con una ofrenda floral, una albada interpretada por un gaitero de Graus y una salva de honor de los trabuqueros de esa misma localidad.


Los restos del intelectual aragonés reposan en un mausoleo erigido por suscripción popular y obra de Félix Lafuente, Manuel Bescós y Dionisio Lasuén, que cuenta con una cripta proyectada por José de Yarza y Echenique. «Fue enterrado en Zaragoza y no en Madrid, como estaba previsto porque los aragoneses quisieron que estuviera aquí. Para ellos, Joaquín Costa representaba la reflexión, el idealismo y lo que significa mejorar», apuntó la consejera de Educación, Cultura y Deporte, María Victoria Broto, en un sentido discurso en el que insistió en la vigencia de los valores que defendía el ilustre regeneracionista.


«Hace cien años que murió y hoy todavía nos asombra (...). Es a la vez cercano y desconocido como esos parientes de los que siempre se habla, pero a los que no conocemos», recitó la representante de la DGA.


Atentos escuchaban los familiares del escritor, jurista, político, sociólogo y agrónomo homenajeado acompañados del presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina; el delegado del Gobierno, Javier Fernández; la alcaldesa de Graus, María Victoria Celaya; la teniente de alcalde de Monzón Elisa San Juan, el concejal del Ayuntamiento de Huesca José Manuel Ballarín; y el coordinador de Izquierda Unida en Aragón, Adolfo Barrena, entre muchos otros.

 

Un apoyo para Zaragoza 2016

La tumba de Costa en Torrero le retrata como el «nuevo moisés de una España en éxodo» y el paso del tiempo ha suscrito la inscripción. «Fue un visionario genial. Vio en la escuela para todos el comienzo del fin de los problemas de su tierra. Su idea de igualarnos con Europa y esos valores se plasman en la candidatura de Zaragoza a ser capital de la cultura en 2016», comentó el director general de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Mostalac, confiado de que el legado de Costa ayudará a -como finaliza el epitafio del homenajeado- a «conducir a la tierra prometida».