LEY ANTITABACO

Salud clausura el primer bar por incumplir la ley del tabaco en Aragón

Se trata del Kresala 2, local ubicado en el barrio de Torrero, que se había declarado insumiso a la normativa desde eneroEn los últimos dos meses había recibido varios avisos de multas, que ha recurrido.

Miren Jerez cierra la persiana de su bar, donde se ve el cartel de insumisión a la ley.
Salud clausura el primer bar por incumplir la ley del tabaco en Aragón
ESTHER CASAS

El Departamento de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón hizo ayer efectiva la clausura del Kresala 2, un bar-restaurante ubicado en el barrio de Torrero, que desde el inicio de la aplicación de la ley antitabaco se había declarado insumiso, por lo que seguía dejando fumar a los clientes en su interior. Este es el primer local en Aragón que es clausurado por este motivo, aunque Salud ya ha abierto más de 15 expedientes por infracciones, la mayoría en Huesca y Zaragoza.


A primera hora de la mañana de ayer (sobre las 10.00) varios inspectores de Salud Pública y una pareja de policías se personaron en el establecimiento y después de comprobar que había gente fumando, le pidieron a su propietaria, Miren Jerez, que bajara las persianas y cesara la actividad.


«En ningún momento he pensado que podrían cerrarme el local. Con la ley en la mano sabía que me podían multar, pero lo que yo no puedo hacer es decirle a la gente lo que tiene que hacer. Todos somos lo suficientemente mayores para saberlo, por eso yo me responsabilizo de mi decisión y de las consecuencias que pueda acarrearme esta postura», aclaró Jerez.


Con anterioridad, inspectores de Salud se habían personado en varias ocasiones en este bar para comprobar que se respetaba la ley. Es decir, que no se fumaba y que estaban visibles los carteles en los que se indica que se trata de un espacio sin humo.


En las primeras visitas, al llegar allí comprobaron que se incumplían los puntos anteriores y que en la puerta cuelga un cartel amarillo en el que puede leerse, entre otras cosas: «La dirección de esta casa se declara insumisa a la ley antitabaco. Exijo a mi Gobierno que me devuelva la libertad de decidir lo que hago en mi casa y con mis pulmones».


Este incumplimiento reiterado de la normativa vigente provocó que los inspectores procedieran a la apertura de varios expedientes que han terminado en dos multas, que están recurridas, por importe de 2.600 y 5.000 euros (cuantía facilitada por la dueña, pero sin confirmar por Consumo).


«Antes de proceder a una medida tan drástica como esta, se realizan inspecciones para informar a los propietarios de las consecuencias del incumplimiento de la ley. Si la situación continúa se le abre un expediente, que luego se materializa en forma de una sanción que puede ir desde los 30 euros, falta leve, a los 600.000 falta muy grave», indican fuentes del Departamento.


Avisos reiterados


En el caso del Kresala 2 enviaron varias notificaciones: la primera en enero, la segunda el 8 de marzo y finalmente otra hace siete días. En esta última les avisaban del incumplimiento de la ley por no tener visibles los carteles de prohibido fumar. «Me daban un plazo de diez días para poder recurrir pero no me han dejado agotarlo, han cerrado antes, aunque ya he pegado los carteles», manifiesta Jerez, quien ha recurrido el cierre y confía en que el establecimiento pueda abrir sus puertas antes del próximo martes. De esta manera, retomaría una actividad que desde el 1 de enero le ha permitido duplicar el importe de la caja registradora, gracias a la llegada de más clientes atraídos por el cartel de insumisión.


Desde el Gobierno de Aragón insisten en que para poder abrir tienen que retirar «la cartelería insumisa», prohibir a los clientes fumar dentro del local y tener bien visibles los carteles de cumplimiento de la ley. Estos ya estaban pegados por la tarde en la puerta del local, cerrado al público, pero donde media docena de vecinos acompañaban a la propietaria y le daban ánimos, porque desde ayer esta en huelga de hambre y seis personas se han quedado sin trabajo.


«Yo nunca les voy a decir a mis clientes que no fumen. Ellos se han preocupado durante este tiempo por mí y por las consecuencias que me acarrearía el dejarles fumar. Pero, ¿qué sentido tiene prohibirles nada? ¿que puedo hacer en un país donde lo prohiben todo y lo único que hago es trabajar y pagar impuestos?», se pregunta Jerez. Ella considera que el cierre de su bar es una «medida de presión» y un aviso para otros bares que, como ocurría hasta ayer en el Kresala 2, siguen permitiendo que sus clientes enciendan un cigarro mientras toman café o echan una partida de cartas.