"No ha habido presiones territoriales ni políticas, solo criterios objetivos". Así justificó ayer el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, el oscense Víctor Morlán, el severo recorte inversor de Fomento en Aragón, aunque tampoco dio ningún plazo para reanudar los proyectos paralizados. Y lo hizo en la inauguración oficial del tramo Siétamo-río Alcanadre, 17 nuevos kilómetros de la A-22 (Huesca-Lérida), una de las tres autovías del Alto Aragón que va a sufrir los recortes presupuestarios junto al eje Huesca-Jaca-Pamplona.

Tras las críticas recibidas en la última semana, el PSOE se volcó con Morlán para darle su apoyo en un acto que él mismo calificó de especial "para alguien que es de aquí y defiende lo de aquí". Así, no faltaron a la cita el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, quien no le lanzó ningún reproche durante su discurso, y numerosos cargos y alcaldes socialistas, incluso aquellos a los que más les afectará el 'tijeretazo' como el de Binéfar.

Pitada de CHA, IU y CC. OO.

Todo ello en un ambiente crispado por una veintena de militantes y simpatizantes de CHA, IU y CC. OO. que acudieron a la carpa donde se escenificó la inauguración para lanzar una sonora pitada a Morlán y pedirle su dimisión. A la salida, los participantes denunciaron que la Guardia Civil les había obligado a identificarse y a dar las matrículas de sus coches.

Durante sus 15 minutos de discurso, el número 2 del Ministerio de Fomento trató de explicar por activa y por pasiva el porqué del recorte de inversiones en Aragón y reiteró en varias ocasiones que todos los proyectos que están "embarrancados" ahora se finalizarán "cuando los presupuestos lo permitan, que esperamos que sea lo antes posible".

En este sentido, señaló que solo se han rescindido cuatro contratos en Aragón porque habían presentado modificados de más del 10% y que todas las obras en las que se haya gastado el dinero asignado este año se suspenderán hasta que haya otra consignación en los presupuestos de 2011. En el caso concreto de la variante de Binéfar, se comprometió a tomar medidas para evitar riesgos para el tráfico durante el parón.

Morlán insistió en que la decisión de ahorrar este año 3.400 millones de euros en infraestructuras solo persigue lograr la reducción del déficit que exige la UE "para salir cuanto antes de la crisis". Reconoció que el recorte en obra pública es "una medida dura", pero que no quedaba más remedio "porque, además, retrasarlo unos meses habría sido peor".

Afirmó, por otra parte, que entendía el enfado de los agentes económicos y sociales de Huesca por el retraso de las infraestructuras, "porque en un año más ya estaría acabada la mayor parte hasta Lérida", pero les contestó que la crisis "nos ha cogido ahora". Con todo, anunció que se reunirá con la Ceos y la Cámara de Comercio para explicarles esta decisión.

En su discurso, también admitió que estos recortes van a originar un serio problema a las empresas y a los trabajadores afectados, pero que están dispuestos a asumir "los costes" que ello conlleva.

"No podemos caer en depresión"

Por su parte, Iglesias negó las acusaciones de haber estado "callado" frente al varapalo de Fomento y afirmó que aunque está preocupado por la situación, "no podemos caer en la depresión, sino trabajar para que el parón sea lo más corto posible". Por último, manifestó que "es de bien nacidos, ser agradecidos" y justificó el fuerte recorte inversor en Huesca "porque es una de las provincias donde más invertía Fomento".