ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE ARAGÓN

"Mientras el PP no cambie su política hidráulica, le será imposible un pacto con el PAR"

"Mientras el PP no cambie su política hidráulica, le será imposible un pacto con el PAR"
"Mientras el PP no cambie su política hidráulica, le será imposible un pacto con el PAR"
CARLOS MONCÍN

Preocupado por la crisis, pero convencido de que tocará fondo este año, el presidente Iglesias afronta el 2009 con la convicción -"firme decisión"- de que este ecuador de su tercer mandato es el último como máximo mandatario del Pignatelli. Descarta cambios en su actual gabinete a corto plazo, pese a que los rumores son incesantes y hasta en su propio entorno se da por hecho que se producirán entre mayo y junio. Tal vez, coincidiendo con un más que posible reajuste del gobierno de Zapatero para preparar y reforzar su gabinete de cara a la presidencia de turno de España en la UE en 2010.


Se resiste a hablar de una crisis de gobierno que podría afectar también a su socio del PAR, así como a dar nombres para su sucesión. Ni siquiera el de Eva Almunia, ex consejera y persona de su máxima confianza. Su prudencia en este punto contrasta con su determinación a la hora de asegurar que tutelará el proceso como líder de los socialistas aragoneses, siempre en busca de un acuerdo y convencido de que ese influjo personal "no lo distorsionará, sino que le dará mayor seguridad".


"No tengo previstos cambios en mi gobierno de forma inmediata", responde nada más empezar la conversación y eludiendo -casi ignorando- la parte de la pregunta que se refiere al bajo tono político de su gabinete que se le reprocha desde la oposición. "Los últimos los hice penas hace ocho meses, cuando Eva Almunia dejó la consejería para ocupar la secretaría de Estado de Educación, así que este es un gobierno corto en el tiempo", añade.


Niega, igualmente, que se le haya pasado por la cabeza relevar al consejero Alberto Larraz, para dar más peso al Departamento de Economía y Hacienda a la hora de afrontar la crisis. "Una vez puesta en marcha la Corporación de Empresas, que garantiza un adecuado control de las sociedades públicas, puede que haya alguna reestructuración interna en este u otros departamentos. Pero este gobierno puede hacer frente a la crisis", afirma de forma tajante.


También descarta una reajuste del gabinete para dar entrada a la persona que vaya a sucederle como candidata a la Presidencia de la DGA en 2011: "Esa decisión no se tomará antes de un año, por lo menos hasta 2010. Cada cosa a su tiempo".


Y resta importancia a las fricciones que su socio de gobierno, el PAR, viene aireando a propósito del ritmo -en su opinión, más lento que en otras comunidades- del desarrollo estatutario. "La propia esencia del PAR, que es un partido de obediencia exclusivamente aragonesa, le hace ser más exigente. Todas las comunidades con nuevos Estatutos reclaman avances más rápidos, pero no podemos olvidar que estamos en el primer momento de un proceso con un marco y un desarrollo temporal de al menos quince años", replica.


En contra de quienes vaticinan una ruptura de la coalición, Iglesias reitera que las relaciones con el PAR y con su presidente y vicepresidente de la DGA, José Ángel Biel, son "excelentes" y muy fructíferas. "Han permitido instaurar en esta tierra la cultura del pacto y del entendimiento. Siendo partidos muy distintos, hemos sabido compartir el núcleo de la política, que es anteponer los intereses generales, en este caso los de Aragón, a los de partido".


Se atreve incluso a pronosticar que resultará más fácil una reedición de este pacto de gobierno que un acuerdo alternativo entre el PAR y el PP, más en este momento en el que la fórmula navarra (alianza UPN-PP) está en quiebra total. "Nuestros compromisos llegan hasta donde llegan: hasta las próximas elecciones. Aunque el PP dice haber emprendido una renovación, sus actores son de sobra conocidos, algunos de los tiempos de AP. Me parece imposible que pueda llegar a un acuerdo con los aragonesistas"., vaticina.


"Lo primero que me pidieron a mí fue el rechazo al trasvase, para ellos es un elemento axial. Mientras el PP no cambie su discurso y su política hidráulica, no gobernará en Aragón. No importa lo que diga aquí, sino lo que realmente se piensa, por rentabilidad electoral, en Madrid y en Valencia", advierte dando por superadas las contradicciones que siempre han existido en su partido en esta misma materia. "Además de con el nuevo Estatuto y con la Expo -se justifica-, Aragón ha demostrado su peso específico cambiando de raíz la política hidráulica en España. Ha sido una demostración frente a adversarios muy poderosos".


El único cambio que da por seguro e inevitable es su salida de la política autonómica tras las elecciones de 2011, pese a que en el PSOE aragonés comienzan a surgir voces que abogan por su continuidad. "Es una decisión ya tomada y firme", sentencia.


"No supone facilitar la alternancia del partido en el gobierno -aclara de inmediato-, sino prolongar la etapa del partido en el gobierno. Podemos cambiar el liderazgo sin cambiar el partido que gobierna. Ese es mi cálculo, y además, me veo con capacidad para expresar a los electores por qué es buena una renovación tras doce años. Felipe González estuvo en el Gobierno poco más tiempo del que voy a estar yo y a todo el mundo le parecía una eternidad".


Aunque al margen de la realidad autonómica e, incluso, desde fuera de Aragón, Iglesias tiene claro que no abandonará la política. "Salvo mi voluntad de seguir en la política, porque soy joven y porque hay suficiente espacio pese a que para un ex presidente pueda resultar más complicado, no hay nada decidido. No he cerrado nada con quien lo puedo cerrar, que es el presidente del Gobierno", aclara desvelando implícitamente su inclinación por la política nacional.


No cree que su mejor horizonte pueda trazarse al frente de algún ministerio, pese a que en Madrid se prodigan estos días comentarios y especulaciones que le sitúan al frente de la cartera de Administraciones Públicas o la de Industria. Hasta en los corrillos de los periodistas que el pasado lunes cubrían su reunión en la Moncloa con Zapatero. Pero Iglesias asegura que en las dos horas y media de ese largo encuentro "no se planteó eso en ningún momento".