IGLESIA

Los seglares esperan la llegada en breve de nuevos obispos

Cuatro diócesis, Teruel y Albarracín, Huesca, Jaca y Tarazona, están sin prelado titular.

El próximo traslado del obispo de Tarazona, Demetrio Fernández, a Córdoba entra dentro de los cambios que con asiduidad se producen en las provincias eclesiásticas. Forman parte de un proceso a menudo lento y que depende del Vaticano. No obstante, la elección se ha producido en un momento en el que hay tres diócesis Teruel y Albarracín, Huesca y Jaca sin prelado titular. Ahora la sede turiasonense se encuentra en esa interinidad, de la que solo escapan Zaragoza y Barbastro-Monzón.

 

A pesar de que cada diócesis funciona de forma autónoma, la noticia de la marcha de Fernández (toma posesión en Córdoba el 20 de marzo) no ha pasado inadvertida en el ámbito seglar de los obispados.

 

José María Sánchez, delegado del apostolado seglar (donde se coordinan los movimientos seglares y las asociaciones públicas de fieles) de Tarazona, resalta que la parroquia está "un poco sorprendida". Hay una cierta sensación de desvalimiento. Allí están acostumbrados a que los obispos duren poco (cinco o seis años). "Ya se va el obispo" o "a ver cuánto dura" son frases habituales de los fieles. Sánchez cree que lo que ocurre actualmente en la Iglesia aragonesa se da en otros puntos de España, pero le llama la atención que solo haya dos obispos titulares.

 

En Teruel, con José Manuel Lorca, obispo de Cartagena, como administrador apostólico desde el verano, confían en que la interinidad no se prolongue demasiado. No porque haya un vacío de poder, sino porque, debido a la distancia, el seguimiento pastoral no es tan cercano.

 

Los obispados de Huesca y Jaca han compartido prelado los últimos seis años y de momento Jesús Sanz compatibiliza su papel de administrador apostólico con el Arzobispado de Oviedo. En Jaca se comenta que la designación del nuevo obispo quizá se produzca pronto, pese a que los precedentes no invitan a asegurarlo. Y puede que no lo compartan con Huesca. Carlos Jarné, director de la comisión de apostolado seglar, subraya que "la gente quiere tener obispo propio cuanto antes". Se muestra sorprendido por la falta de titulares y lo vincula a la coincidencia en el tiempo de los cambios.