AGUA

Las lluvias solo suponen "un alivio pasajero" para los sistemas de riego

Aumentan las dotaciones de agua, sin descartar nuevas restricciones en verano.

La situación ya no es de sequía extrema, los embalses están soltando agua y muchos agricultores riegan estos días a demanda, pero el fantasma de la escasez todavía no se ha alejado. Las últimas lluvias han mejorado notablemente la situación en las cuencas del Gállego, el Cinca y el Ésera, tal y como reconocen las dos grandes comunidades de regantes de la margen izquierda del Ebro, el Canal de Aragón y Cataluña y Riegos del Alto Aragón, que suman 225.000 hectáreas. Sin embargo, nadie se atreve a garantizar que no habrá nuevas restricciones en verano si no sigue lloviendo.


La peor situación la vive, un año más, el Canal de Aragón y Cataluña. Su presidente, José Luis Pérez, afirma que las lluvias han supuesto "un alivio pasajero" que no soluciona la grave sequía de esta campaña, lamentando que nuevamente se haya vertido agua al río por falta de regulación. El ejemplo es Barasona: las últimas precipitaciones han llenado el embalse, con entradas de hasta 100 metros cúbicos por segundo, pero su escasa capacidad (84 hm3) ha impedido retener los caudales, de forma que desde hace 10 días los aliviaderos de la presa están echando agua al río.


Para aprovecharla, la Comunidad General ha decidido aumentar las dotaciones de forma que los agricultores, que empezaron la campaña en marzo con el cupo más bajo de su historia, tengan pedido libre. "Esta avalancha en el río ha permitido aumentar las dotaciones para que la gente riegue aprisa y corriendo todo lo que pueda mientras duren los vertidos, unos 15 o 20 días", explicó Pérez. Desgraciadamente, se trata solo de una situación transitoria y luego habrá que volver a "fuertes prorrateos".


En el otro río que suministra caudales al Canal de Aragón y Cataluña, el Noguera-Ribagorzana, la situación es inversa: hay una gran regulación (1.100 hectómetros) pero los embalses están bajo mínimos. En la actualidad, las 105.000 hectáreas del sistema, repartidas entre las provincias de Huesca y Lérida, se están suministrando del río Ésera con el objetivo de aprovechar al máximo los sobrantes. "Las perspectivas para el verano siguen siendo pesimistas, con la rabia que produce tirar el agua ahora y no aprovecharla en los próximos meses", declaró su presidente.


Riegos del Alto Aragón todavía no ha tomado una decisión respecto a si autoriza o no el riego a demanda. Ayer celebró una asamblea ordinaria en la que el comentario general fue la mejoría de la situación, al menos momentánea. También este sistema, con 120.000 hectáreas, empezó la campaña el mes pasado con restricciones históricas, aunque ha ido ampliando los cupos.


A lo largo de la próxima semana se reunirá la Comisión de Uso de las Aguas, encargada del reparto, para adoptar una decisión formal sobre la conveniencia de permitir el riego a la demanda. Depende del caudal que continúe entrando en los embalses y del comportamiento del deshielo.


"En estos momentos podemos hablar de una sequía menos grave", indicó el presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, "pero no estamos en condiciones aún de hablar de un riego a demanda". Trillo transmitió al presidente de la CHE, José Luis Alonso, que clausuró la asamblea, la impotencia del colectivo regante a lo largo de las últimas semanas, cuando veía como el agua sobrante no se podía embalsar en la Sotonera. Le instó a que si continúa en su cargo transmita al nuevo ministerio de Medio Ambiente la necesidad de abordar de forma definitiva los acuerdos de regulación del Gállego. Trillo advirtió que Riegos del Alto Aragón "no tendrá la oportunidad de iniciar una campaña en condiciones en tanto no se tomen en serio las administraciones las obras de regulación pendientes, principalmente la del río Gállego", en alusión al proyecto de Biscarrués.


José Luis Alonso reiteró ayer que la peor situación se vive en la cuenca del Noguera-Ribagorzana. "La zona principal de sequía se sigue concentrando ahora mismo en la provincia de Lérida", declaró el presidente de la CHE, anticipando que "habrá problemas si no sigue lloviendo" en el Canal de Aragón y Cataluña.