ARAGÓN

La permuta de viviendas gana adeptos ante el parón del mercado inmobiliario

El año pasado se realizaron en Aragón más de 1.300 trueques de pisos y fincas urbanas o rústicas, según los datos del INE. Recurren a esta práctica quienes no pueden hacer frente a la hipoteca o los que no quieren poner su inmueble en el mercado

Con el mercado inmobiliario buscando vías de escape al parón provocado por la crisis, la permuta de viviendas gana adeptos en Aragón. El año pasado la comunidad aragonesa registró más de 1.300 trueques de casas, fincas urbanas o fincas rústicas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por lo tanto, más de 2.600 personas optaron por intercambiarse directamente entre ellas sus propiedades, para evitar así sacarlas a un mercado devaluado y con escasez de compradores con la suficiente financiación.

 

La práctica gana adeptos. Comenzó en Inglaterra y, poco a poco, ha entrado en España a través de Madrid y Barcelona. En Aragón se ha afianzado y en 2008 se hicieron 310 permutas de viviendas, 299 de fincas rústicas y 702 de fincas urbanas. El trueque de viviendas resiste instalado en los mismos niveles que a comienzos de 2007, antes de que llegara la crisis económica, mientras que la compraventa de vivienda tradicional ha descendido más de un 50% en el mismo periodo. Pese a todo, esta práctica aún está lejos de hacer sombra a la habitual venta de viviendas.

 

El perfil del que busca una permuta es diverso. Hay personas que no pueden hacer frente a su hipoteca y que quieren cambiar su casa por otra más barata para librarse de unas mensualidades asfixiantes. En estos trueques cuando una vivienda es tasada como más cara que la otra, la diferencia sí se paga con dinero. Así, el dueño del inmueble más caro se libra de una hipoteca gravosa y, además, logra dinero en efectivo.

 

Otros, en cambio, simplemente, quieren cambiarse de vivienda por nuevas circunstancias profesionales o personales que les requieren una casa de dimensiones diferentes o en otro lugar. Hay casos de parejas que, con la llegada de más hijos, tienen que cambiarse a una vivienda más grande y cómoda en las afueras. También se da la circunstancia contraria: matrimonios mayores que, con sus descendientes ya fuera de casa, desean un piso más pequeño en el centro de la ciudad.

Contacto por páginas web

En vez de buscar un comprador, lograr el dinero, encontrar otra vivienda y pagarla con las ganancias de la venta, prefieren llegar a un acuerdo directo con el otro propietario. El proceso tradicional se ha complicado con la crisis de las hipotecas porque, para empezar, no es fácil encontrar un comprador que logre financiación de los bancos para afrontar el pago.

 

Además, el precio de los inmuebles se ha devaluado, por lo que la venta tradicional en ocasiones no genera los ingresos esperados por los vendedores. "Con la crisis hay más gente que busca las permutas. Aún no es algo muy frecuente, pero ya ha dejado de ser algo raro", señala José Manuel Vallés, presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIS).

 

El contacto entre las personas que realizan la permuta suele producirse a través de Internet. En los últimos meses han proliferado las páginas web especializadas en el intercambio de viviendas. En www.sepermuta.es se ofrecen 60 viviendas en la provincia de Zaragoza, 24 en la de Huesca y 6 en la de Teruel. Este tipo de portales permiten explicar las características de la casa, colgar fotos y que los posibles 'intercambiadores' de vivienda tengan un acceso rápido y sencillo a las características generales de la casa.

 

Hay anuncios de particulares zaragozanos que, en solo dos semanas -y en pleno verano-, ya han recibido más de 70 visitas. Los interesados, más tarde, se ponen en contacto por correo electrónico para concertar una cita y ver las respectivas viviendas.

 

Una permuta es, en el fondo, una doble compraventa, solo que, en vez de con dinero, el pago se realiza con otro bien material -lo cual no quiere decir que una parte sí se abone en metálico-. Por lo tanto, se deben seguir los mismos trámites que en la venta tradicional (escrituras públicas, impuestos o inscripción en el registro de la propiedad) y de manera doble (una por cada compraventa).

Expertos que asesoren

"La clave es dejarlo todo bien claro, sobre todo los precios de los bienes", advierte José Manuel Vallés. Para ello, los dueños de los inmuebles suelen acudir a un tasador independiente para que valore económicamente las dos viviendas. Además, los expertos recomiendan acudir a profesionales especializados para solucionar los trámites burocráticos y para redactar los contratos.

 

El presidente de los APIS considera que la permuta de viviendas "puede tener futuro", sobre todo "cuando no hay dinero para poder comprar de la manera tradicional". Se trata, por tanto, de una práctica alimentada por la crisis que habrá que ver si continua cuando el mercado inmobiliario se revitalice. De momento, cientos de aragoneses ya han cerrado sus permutas, y otra buena cantidad busca personas con las que poder volver al trueque tradicional... en la crisis moderna.