HASTA 80 KILÓMETROS DE DISTANCIA

La falta de guardias civiles obliga a cerrar los cuarteles más pequeños las tardes de verano

Los alcaldes achacan esta situación a los refuerzos de la Expo, aunque la Delegación dice que es por las vacaciones.

La falta de agentes obliga a cerrar los cuarteles de la Guardia Civil de los municipios más pequeños de Aragón por las tardes. Las vacaciones de verano hacen que la plantilla se reorganice, lo que implica que los teléfonos de la mayoría de las instalaciones con menos guardias tengan que desviarse a los de los municipios más grandes. Y eso hace que, en ocasiones, haya que salvar distancias muy grandes, incluso superando los 80 kilómetros. No obstante, desde la Delegación del Gobierno en Aragón insisten en que ningún municipio queda desatendido.


Esta misma semana, un vecino de Jarque de Moncayo, Francisco Gran, llamó al 062 para denunciar el robo que había sufrido en una nave de su propiedad. Los agentes que se desplazaron hasta allí llegaron tiempo después, ya que en ese momento se encontraban de patrulla en Épila, a unos 60 kilómetros de Jarque. El jueves, se dirigió al cuartel de Brea, el único de la comarca del Aranda, para formalizar la denuncia. Y cuando llegó lo encontró cerrado.


Entonces, le comunicaron que la tramitación podía hacerla en Calatayud o Tarazona. De esta forma, en lugar de recorrer los 8 kilómetros que separan Brea de Jarque, tendría que hacer 43 hasta la capital bilbilitana o 73 hasta la turiasonense. Apenas unas horas después, otra pareja se acercó hasta Jarque para comprobar qué había sucedido, algo que ya habían hecho otros dos agentes el día anterior. El afectado asegura que pondrá una queja ante la Delegación por "la falta de efectivos en la zona", según él mismo dijo.


El viernes, este periódico pudo comprobar el cierre vespertino de otros cuarteles. Por poner algunos ejemplos, cuando se llamaba al puesto de Maluenda, los agentes respondían al teléfono desde Calatayud. Localidades como Épila o Calatorao eran atendidas por agentes de La Almunia, Vera de Moncayo desde Tarazona o Maella desde Caspe. Los casos de Luna o Luesia (en Cinco Villas) son aún más significativos, debido a la distancia que separa estos municipios con el cuartel de Zuera, adonde eran desviadas las llamadas. En concreto, 39 y 85 kilómetros, respectivamente.


La Guardia Civil cuenta con 131 cuarteles en todo Aragón. Por provincias, hay 47 puestos en Huesca, 33 en Teruel y 51 en Zaragoza (tres de ellos en la capital). Aunque desde la Delegación del Gobierno de Aragón no facilitaron la cifra de cuántos son los cuarteles que cierran por la tarde, sí señalaron que se trata de algo que ocurre todos los veranos debido a las reordenaciones de la plantilla por vacaciones.


Además, las mismas fuentes insistieron en que los cuarteles zonales siempre están abiertos, por lo que los de los municipios pequeños nunca se quedan desatendidos. Además, descartaron que la situación tenga que ver con el dispositivo especial para reforzar la seguridad durante la Exposición Internacional de Zaragoza.


Algo en lo que, sin embargo, siguen haciendo hincapié algunos alcaldes. Es el caso de Martín Llanas, primer edil de Épila y vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza. "Hace tiempo que esto ocurre por las noches, pero este año en mayor medida debido a la Expo", comenta. Se muestra comprensivo porque entiende que la muestra "requiere una concentración de fuerzas". No obstante, incide en que el servicio se organiza para toda la zona con los efectivos existentes y que los pequeños hurtos siguen dándose en igual medida. "No ha habido más incidencias", concluye Llanas.


En el caso de Benabarre, en la comarca de La Ribagorza, el alcalde, Alfredo Sancho, explica que aunque en los últimos años se ha incrementado la plantilla de agentes, todavía serían necesarios más. Las circunstancias de esta localidad son especiales, ya que además de tener un radio de actuación muy amplio, está junto a la N-230, una carretera con un gran volumen de tráfico internacional. En el municipio oscense se está construyendo un nuevo cuartel. Hace 13 años cerró el anterior por ruinas y, desde entonces, los agentes se ubican en dos viviendas de alquiler y en un pequeño despacho cerca de la plaza Mayor, algo que supone un importante desembolso para el Consistorio.


Y precisamente ese es uno de los problemas con los que se encuentran los puestos más pequeños, donde los Consistorios tienen reticencias a invertir, ya que no son instalaciones de su propiedad.


Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) se aboga por la centralización a nivel comarcal de los acuartelamientos. Esta nueva organización eliminaría las pequeñas instalaciones diseminadas por las tres provincias de la comunidad y las agruparía. De esta forma, se reducirían muchos gastos y se evitaría, además, la ocupación de agentes en labores de vigilancia de las dependencias, ganando efectivos para servicios como el de patrulla. Otra de las reivindicaciones de la AUGC es la separación entre viviendas y dependencias oficiales.