El polvo sahariano tiñe el Aneto de marrón

El episodio de calima que se vivió hace unos días en la península dejó cubierta de arena la cima de los Pirineos, un fenómeno que cada vez parece más frecuente. 

Imagen aérea del Aneto tomada el pasado fin de semana, todavía con restos de la lluvia de polvo sahariano.
Imagen aérea del Aneto tomada el pasado fin de semana, todavía con restos de la lluvia de polvo sahariano.
Gerardo Bielsa

La presencia en España hace unos días de una masa de polvo sahariano en suspensión dejó la nieve de los Pirineos teñida de marrón, un fenómeno que todavía podía observarse el pasado fin de semana en la cumbre más alta, el Aneto. Esta montaña se observa desde al aire cubierta de arena en buena parte de su superficie, aunque otras permanecen de un blanco impoluto, por efecto de los vendavales que arrastraron la nieve en superficie. 

El testimonio gráfico lo ha aportado el aviador Gerardo Bielsa, conocido por sus fotografías aéreas del Pirineo, cuyo trabajo permite hacer el seguimiento de cuanto acontecen en este macizo. "La lluvia de polvo sahariano provocó que haya amplias zonas de color marrón, aunque después se produjeron vientos muy fuertes que eliminaron la nieve sucia", contaba este lunes.

Las imágenes fueron captadas el pasado sábado, días después del episodio de calima que dio lugar a precipitaciones acompañadas de barro en algunas zonas de Aragón. La Aemet lanzó un aviso por la borrasca Olivia, que afectó a la península a principios de abril, informando de que las lluvias podrían ir acompañadas de barro.

Imagen aérea del Aneto tomada el pasado fin de semana, todavía con restos de la lluvia de polvo sahariano.
Imagen aérea del Aneto tomada el pasado fin de semana, todavía con restos de la lluvia de polvo sahariano.
Gerardo Bielsa

La llegada de polvo procedente del desierto del Sáhara es cada vez más frecuente. Cuando se combina con una borrasca o una DANA deja chubascos rojizos que tiñen el suelo, los vehículos o la nieve. Se repitió con mucha intensidad en febrero de 2021. En algunos lugares, como en la estación de fondo de Llanos del Hospital, hacía más de 30 años que no se veía una nube de polvo de tanta densidad. 

Hace tres años incluso se llegó a cuantificar su intensidad gracias a una investigación realizada en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde dejó más de 930 toneladas de polvo, de acuerdo con la estimación inicial de los responsables del Posahpi, un proyecto del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC, financiado por la Agencia Estatal de Investigación a través del Ministerio de Ciencia e Innovación, que desde 2016 realiza un seguimiento ininterrumpido de la deposición de aerosoles atmosféricos en el Ordesa.

Dejó constancia de cuatro grandes eventos con concentraciones de entre 2,9 y 10 gramos por metro cuadrado. El 6 de febrero de 2021 superó los 6 gramos por metro cuadrado de partículas depositadas. 

Fusión prematura

Un efecto no deseado de las grandes cantidades de polvo sahariano es la fusión prematura del manto de nieve ya que al verse cubierta de partículas oscuras consigue captar mucha más energía del sol. Ha habido otros proyectos científicos, como el realizado entre 2017 y 2018 por el Instituto Geológico y Minero de España para evaluar el impacto de la deposición atmosférica de polvo sahariano y hollín en la nieve de los Pirineos y Sierra Nevada. 

Esta investigación estudió la relación con su fusión prematura. Partía de que ya existen evidencias científicas al respecto. Su objetivo era analizar el fenómeno de cara a mejorar la planificación hidrológica y la gestión de sectores dependientes de la nieve como las estaciones de esquí.

Actualmente hay en marcha otro proyecto de investigación para estudiar el efecto de la deposición de polvo sahariano sobre el deshielo de cara a mejorar las predicciones de duración de la nieve y obtener mejores proyecciones futuras. La gestión del mismo corresponde a la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación de la Universidad de Zaragoza y el CSIC y participan además la Universidad Politécnica de Cataluña y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.

Gerardo Bielsa lo observa con cierta frecuencia desde el aire y también explica que el polvo provoca una fusión más rápida, ya que cuando permanece blanca refleja la luz. "Llama mucho la atención", constata el aviador, quien mencionando que aunque estas lluvias de barro se puedan ver sobre todo cuando manchan los vehículos, el contraste se aprecia aún más sobre las amplias superficies de la nieve blanca en la alta montaña. 

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