La UME recuerda al militar muerto en el valle de Bujaruelo
Hoy se ha rendido homenaje a Víctor Martín Rebollo en el lugar donde perdió la vida hace siete años durante la búsqueda de un montañero.
La Unidad Militar de Emergencia ha recordado este martes al soldado fallecido en acto de servicio hace siete años en el valle de Bujaruelo (Torla) mientras participaba en la búsqueda de un montañero. Desde entonces, cada mes de abril, con motivo del aniversario de la muerte de Víctor Martín Rebollo, el Batallón de Zaragoza se desplaza hasta el lugar donde perdió la vida y donde se ha erigido un monolito. Es el único miembro de esta unidad que ha fallecido durante una intervención.
En el acto ha participado la madre de Martín Rebollo y compañeros del Batallón, así como guardias civiles del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim). Se ha celebrado una misa frente al monolito, donde figura el siguiente lema: "En memoria del soldado Víctor Martín Rebollo, de la Unidad Militar de Emergencias, fallecido en acto de servicio el día 30 de abril de 2016 durante la operación de búsqueda y rescate de un montañero en el valle de Bujaruelo".
Este año se ha sustituido el monolito que se erigió en el lugar donde perdió la vida, junto a un camino. La plancha metálica colocada se había deteriorado por las inclemencias meteorológicas en esta zona de montaña y la han cambiado por una losa de mármol.
Desde el refugio de Bujaruelo, los asistentes al acto se han dirigido hasta ese lugar para rezar un responso y colocar una corona de flores, ha explicado Luis Martínez, responsable de Comunicación del Batallón.
Víctor Martín Rebollo pertenecía a una unidad de montaña especializada dentro de la UME. El soldado era de Zaragoza y tenía 32 años. El 30 de abril de 2016, mientras participaba en el dispositivo de búsqueda, junto a la Guardia Civil y voluntarios de Protección Civil, se despeñó por un barranco cuando rapelaba, desde una altura de 40 metros.
Ocurrió una semana después de la desaparición del excursionista José María García Fernández, también zaragozano, de 36 años, que motivó un despliegue sin precedentes en la zona al que se sumó la UME. El cadáver de este no apareció hasta cinco meses después. Un pastor lo encontró en un barranco que había estado cubierto de nieve, fuera del perímetro de la zona principal de rastreo.
