España y Francia proyectan dar una nueva vida a los edificios de la frontera del Portalet

Las cuatro instituciones de la AECT Pirineos quieren dinamizar la antigua aduana como espacio de cooperación.

La antigua aduana española y el Centro de Vialidad Invernal se reformaron en 2014.
La antigua aduana española y el Centro de Vialidad Invernal se reformaron en 2014.
Laura Zamboraín

Las cuatro instituciones que comparten la gestión del Portalet quieren dar una nueva vida a los edificios situados en el paso fronterizo, cuyas actividades se vieron interrumpidas por la pandemia. La Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Pirineos-Pyrénées aprobó el pasado 23 de diciembre la contratación de un estudio para dinamizar la cooperación transfronteriza, poniendo en valor la antigua aduana española y el Centro de Vialidad Invernal, a través de distintas acciones. La empresa seleccionada tiene 18.000 euros y tres meses para hacer sus propuestas.

La antigua aduana de Sallent de Gállego es un edificio de 500 metros cuadrados con tres plantas, propiedad del Gobierno de Aragón, donde se habilitó una zona de acogida para peregrinos y usuarios de la montaña; otra para exposiciones, seminarios o cursos de formación; y espacios de despachos y sala de reuniones.

El edificio polivalente o Centro de Vialidad Invernal, de similar superficie al anterior, cuenta con un hangar donde se guardan las máquinas quitanieves, una zona destinada a vivienda (cuando no estaba ocupada por el personal sirvió como residencia de artistas) y un almacén exterior, perteneciente a la AECT Pirineos-Pyrénées.

Entre 2013 y 2014 se quiso hacer de ellos un lugar de encuentro que fuera más allá de la gestión para garantizar la apertura de la carretera el mayor número de días al año. Una inversión de 1.312.376 euros permitió rehabilitar la aduana y construir un edificio polivalente. De 2015 a 2019 funcionó en el llamado Espacio Portalet una oficina de turismo transfronteriza, con una media de 11.000 visitantes/año, una residencia de artistas y traductores, y se realizaron exposiciones y otras actividades culturales. Pero la pandemia y la fusión de las tres estructuras transfronterizas (la AECT HP-HP, el Consorcio del Túnel de Bielsa-Aragnouet y la AECT Espacio Portalet) para dar lugar a la AECT Pirineos-Pyrénées redujeron la actividad en los dos edificios.

La AECT está integrada por la Comunidad Autónoma de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca, por parte española, y los departamentos franceses de Altos Pirineos y Pirineos Atlánticos, unificando las anteriores entidades que gestionaban el túnel internacional Bielsa-Aragnouet y la frontera del Portalet. "Había que buscarles una utilidad. Es algo de lo que hemos hablado los cuatro socios. Entendimos que lo mejor era contratar a una empresa especializada y que nos propusiera la fórmula para rentabilizar esos edificios con un objetivo muy claro: servir a la dinamización transfronteriza", declara el consejero aragonés de Vertebración Territorial y presidente de turno de la AECT, José Luis Soro.

Un lugar de unión

Los nuevos usos se enmarcarían en la filosofía de la Agrupación de ir más allá de la gestión de la viabilidad invernal en Portalet y Bielsa para abrirse a otros aspectos como el turismo, la cultura, el desarrollo económico o la despoblación. "Que lo que fue una antigua aduana, espacio de frontera y separación, sea un lugar de unión" proclama el presidente de la AECT. "Los dos espacios son un recurso excelente, tienen un enorme potencial", recalca. Cita como ejemplo el edificio polivalente, donde está el hangar de las quitanieves y una vivienda.

El próximo 16 de enero está prevista una primera reunión con la empresa adjudicataria. Esta deberá analizar los flujos durante todo el año por El Portalet (es el puerto de carretera más frecuentado del Pirineo central), a partir de datos de aforos o encuestas ‘on-line’. También estudiar su importancia estratégica con los actores del territorio, mediante entrevistas a los comerciantes de las ventas allí instaladas, ayuntamientos y comarcas, cuerpos policiales de los dos países, asociaciones o la empresa Aramón, dada la cercanía de la estación de esquí de Formigal

Al final propondrá acciones y actividades y un modelo de gestión, así como las normas para su funcionamiento, incluyendo un régimen de tasas y un convenio entre la AECT y los posibles usuarios. "Hasta ahora solo dependía de un departamento francés y del Gobierno de Aragón, pero ahora hay más instituciones implicadas", recuerda Soro.

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