Una chispa producida por el choque de las cuchillas de una cosechadora con una piedra puede estar detrás del incendio que se ha declarado sobre las cinco de la tarde en la finca conocida como “Casa Roya”, entre las localidades de Pueyo de Marguillén y Torres del Obispo, ambas pertenecientes al municipio de Graus y muy cerca de la zona donde el fuego devastó 300 hectáreas el pasado verano. 

Hacia el lugar han acudido efectivos del Speis de la Diputación Provincial de Huesca pertenecientes al parque de Bomberos de Benabarre, agentes de Protección de la Naturaleza con base en Graus y varios vecinos de la zona, que han abierto con sus tractores varios cortafuegos que han conseguido ralentizar el avance de las llamas. 

Además de la labor de los bomberos, también está siendo clave el trabajo de la tripulación del helicóptero anti incendios con base en Jaca que ha llegado después del estallido del incendio y que, con sus descargas de agua de precisión, están consiguiendo delimitar la superficie afectada.

El avance de las llamas ha sido seguido con mucho temor por los residentes en las dos localidades cercanas y por los que viven en la vecina Puebla del Mon habida cuenta de que el fuego seguía una estela parecida a la del incendio de 2021, cuando a punto estuvieron de ser desalojados los vecinos de Pueyo y de La Puebla.

Los bomberos benabarrenses han establecido un perímetro de lucha contra el fuego y están tratando de controlar las llamas que se han extendido a una zona de arbolado contigua. La alcaldesa de Graus, Gema Betorz, ha comentado que las primeras noticias sobre el avance del incendio "eran alarmantes" por la tremenda sequedad ambiental del entorno y unas temperaturas extremas que favorecían en un primer momento la extensión del incendio que ha logrado, incluso, afectar a una zona de arbolado colindante despertando el temor de que acabara por convertirse en incontrolable.

Pero poco a poco se está pudiendo controlar aunque de momento la lucha contra las llamas no parece que pueda concluir en breve sino que el trabajo de bomberos, APNs y voluntarios se prolongará durante varias horas más. Todo hace prever que será necesario mantener retenes para evitar que las llamas puedan reavivarse.