Retiran piedra a piedra la portada de la iglesia de Castarlenas

Las piezas de la fachada se han trasladado al Espacio Pirineos de Graus, donde formarán parte de una exposición que se inaugura este viernes. La actuación partió de una campaña ciudadana para salvarla de la ruina.

Proceso de desmontaje de la portada de la iglesia de Castarlenas.
Proceso de desmontaje de la portada de la iglesia de Castarlenas.
Heraldo

Piedra a piedra, cuatro trabajadores de la empresa Prames se afanan desde el pasado martes en la tarea de desmontar piedra a piedra la fachada de la iglesia de Castarlenas (Graus), en la comarca de la Ribagorza. La inminencia de ruina del templo aconsejó desgajar la portada, en buen estado de conservación, pero que estaba en peligro de colapsarse y desaparecer con el inevitable derrumbe del edificio.

La delicada tarea tiene como objetivo trasladar esta joya del renacimiento aragonés hasta Graus, donde se instalará provisionalmente en la nave central del centro cultural Espacio Pirineos. De hecho, estaba previsto que una vez montada en su nuevo emplazamiento, fuera el elemento central de la exposición ‘Castarlenas. Memoria en piedra’.

No va a poder ser porque las tareas de reinstalación se van a demorar algún tiempo, pero sí que se ha decidido que algunos de sus elementos escultóricos tengan un papel protagonista en la muestra expositiva, abierta desde hoy y hasta el 25 de abril.

La técnica de desmontaje es relativamente sencilla porque la fachada no suele formar parte estructural del edificio sino que está adosada a él. Eso sí, requiere trabajar con delicadeza para separar las piezas. En primer lugar se realizó un reportaje fotográfico que sirviera de base para el posterior montaje. Luego se acondicionó el terreno, con la retirada de escombros y la limpieza de malezas, para abrir un camino que permitiera el acceso a las máquinas.

La presencia de algunas de las piezas en la exposición pretende ser "un recordatorio de la necesidad de concienciar a la sociedad del peligro que corre una parte importante del patrimonio existente en lugares deshabitados o con escasa población", según la directora de Espacio Pirineos, Elena Nogarol. La muestra ofrecerá paneles explicativos, montajes videográficos con la participación de antiguos habitantes del pueblo, una imagen computerizada del conjunto urbano y su templo y un amplio reportaje gráfico, con especial detenimiento en el estado de la iglesia.

Por distintas razones el desmontaje y reubicación se ha ido alargando, aunque las primeras piezas, "convenientemente clasificadas y registradas", ya llegaron ayer a Graus para depositarse en el centro, donde se guardarán hasta su ensamblaje.

La iniciativa de salvar la fachada y llevarla a un entorno más seguro surgió de colectivos ciudadanos de Graus. Iniciaron una campaña de recogida de firmas y el Ayuntamiento la asumió, pensando también en su valor simbólico como recordatorio de la localidad para la que fue creado.

La empresa Prames se ha hecho cargo de esta actuación, que cuenta con un presupuesto de 24.000 euros. En buena parte se financia con cargo al proyecto Patrim, un programa Poctefa financiado con fondos europeos en el que participa el Ayuntamiento de Graus, pero también se recibió una donación de 6.000 euros de una familia vinculada a Castarlenas. Además, se ha programado para hoy un concierto de la cantante Isabel Marco –conocida como la voz de la España vaciada- para recaudar fondos.

La iglesia de Castarlenas está dedicada a San Pedro Apóstol y sigue la pauta de las construcciones de transición entre el gótico y el renacimiento, muy habituales en el sur de Ribagorza y en las zonas vecinas del Somontano y La Litera, con unas notables dimensiones, una vistosa galería de arcos de medio punto de ladrillo y una airosa torre que destaca como un vigía en el horizonte del valle. 

Su portada, de estilo típicamente plateresco, está flanqueada por columnas corintias, con abundantes motivos de candelieri, angelotes, máscaras relativas a la muerte y personajes desnudos que portan cuernos de la abundancia y cintas con frutos en las dovelas de la rosca, los riñones laterales y las jambas, y, por la delicadeza y maestría en su ejecución, es uno de los mejores ejemplos de escultura de la época renacentista que existen en este territorio.

No existen datos concluyentes sobre el autor de esta iglesia y el de esta impactante fachada aunque sí hay constancia de que en 1556 el escultor Joan Tellet realizó el pórtico de la iglesia de la Virgen de la Peña y que dejó allí su firma para atestiguarlo. En este mismo pórtico labró una puerta para la capilla de San Juan de Letrán que reproduce un modelo del II Libro de Arquitectura del tratadista Sebastián Serlio. 

Significativamente, las enseñanzas de Serlio aparecen aplicadas en otras fachadas como la de la iglesia de la Asunción de Lascuarre que, atribuida al picapedrero y tallista Jaques de Anduxes por ser vecino de la localidad en esos años, es obra contemporánea de la anterior y toma como modelo el Arco de Borsari de Verona que aparece también en el Libro III del arquitecto manierista italiano.

Pero el modelo se mantiene en la zona durante varias décadas y la iglesia de San Sebastián de Laguarres –muy parecida estilísticamente a las dos anteriores- se puede datar con relativa precisión en 1586, fecha que figura en su portada junto a la firma del maestro ejecutor Antón Orsín, natural o residente en Graus, a quien algunos autores atribuyen obras similares en otras iglesias de la baronía de Castro de características parecidas y, entre ellas, ésta de San Pedro en Castarlenas que, con el templo abocado a una más que segura ruina, por lo menos va a dejar para el disfrute de las nuevas generaciones este conjunto de excelente factura técnica y nada desdeñable mérito artístico.

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