El laboratorio subterráneo de Canfranc anima a las empresas a engancharse al tren de sus experimentos

El centro ha firmado un acuerdo con el Ayuntamiento para construir un edificio y una nave en el exterior del túnel ferroviario destinado a alojar empresas colaboradoras.

Carlos Peña, director del laboratorio subterráneo de Canfranc.
Carlos Peña, director del laboratorio subterráneo de Canfranc.
Verónica Lacasa

El Laboratorio Subterráneo de Canfranc ha animado a las empresas de Huesca "a subirse al tren" de este viaje apasionante por la ciencia puesto en marcha en 1986 bajo el monte Tobazo, protegido de la radiación cósmica por un espesor de roca equivalente a 2.450 metros de agua. Su director, Carlos Peña, ha mantenido este miércoles un encuentro con empresarios en la Cámara de Comercio para hablar de la actividad del centro, que da soporte a experimentos fundamentales en el campo de las astropartículas, y de las oportunidades para las pymes y toda la sociedad.  

Peña les ha dado a conocer los proyectos desarrollados en el laboratorio, el único de esta naturaleza en España, catalogado como Instalación Científica Técnica Singular. En ellos se invierten decenas de millones de euros, y se quiere dar una oportunidad a las empresas más cercanas para que puedan optar a sus contratos. 

En el centro trabajan 20 personas de manera permanente, y otros 260 investigadores e ingenieros en estancias temporales que albergan aquí sus experimentos. En total hay involucrados 30 centros de 11 países.

El director explica cómo durante la última década ha crecido el número de experimentos y de instituciones involucradas. Los patronos (el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza) acaban de aprobar 10 años más de financiación. "Los investigadores empiezan con pequeños prototipos y luego con prototipos intermedios vienen al laboratorio. Ahora estamos dando el siguiente paso, a la gran escala: equipamientos, pesos de toneladas, tamaños de decenas de metros, y esto solo se puede hacer en compañía de la industria", ha comentado el director. 

Aunque ya llevan unos años trabajando con la industria de la comarca, de la provincia y de Comunidad, se ha hecho un cambio de estrategia para intentar que las empresas más cercanas puedan competir en los contratos. Y que al mismo tiempo puedan aprovecharse de los experimentos desarrollados en Canfranc.

El tipo de empresas que pueden beneficiarse son muy variadas, del sector del metal, polímeros, acrílicos, mecánica, electrónica o electricidad, así como fabricantes de grandes tanques o de sistemas de gases. 

Por ora parte, Peña les ha informado del acuerdo con el Ayuntamiento de Canfranc para abrir una zona para empresas en el entorno del laboratorio. "Si quieren contratar con nosotros son contratos a largo tiempo y eso favorecerá la relación". Justo a la salida del túnel, el Ayuntamiento va a adquirir unos terrenos a Endesa que cederá al centro científico. Habrá una nave a modo de nicho de empresas para albergar oficinas de ingeniería, autónomos y emprendedores, y otra industrial para realizar los trabajos. Será el laboratorio el encargado de conseguir la financiación para el proyecto. Peña ha avanzado que se quieren hacer las obras este año para a partir del 2023 poder alojar a los interesados.  

Los empresarios conocieron dos de los proyectos en marcha. El principal, el "buque insignia del laboratorio" es Next, un dispositivo, que su director define como "una olla gigante a presión" con gas xenón. A través de la electrónica y de cámaras fotográficas muy especiales, que no existen en el mercado, se intenta descubrir qué pasó el primer segundo del Universo y cómo se ha formado la materia. En el experimento se lleva trabajando 10 años y en el futuro se exportará a distintos países, confirma el director. 

Otro proyecto internacional lo lidera por Japón. El laboratorio coordina a varios centros españoles para construir un gran telescopio de neutrinos. "No es el usual, encima de una montaña sino que está dentro. Es un gran cilindro de 70 m de diámetro y 70 m de alto. Tiene una serie de detectores para intentar entender cómo estallan las estrellas, qué pasa en el Universo", explica el responsable del laboratorio, uno de los primeros socios de esta actividad. "Vamos a construir componentes, componentes industriales, con muchísimas piezas", dice, confiando en la participación de empresas oscenses. 

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