Revés definitivo a la tirolina de Alquézar por su impacto ambiental
El Inaga desautoriza la instalación de 2,5 km que pretendía sobrevolar el río Vero por sus graves efectos sobre una zona con varias figuras de protección. El empleo, dice, no compensa las afecciones.
El proyecto para la construcción de una gran tirolina sobre el barranco del río Vero en la turística localidad de Alquézar ha sufrido un revés definitivo por parte del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental), que no le ha concedido la declaración de impacto ambiental. Según la resolución publicada el martes en el Boletín Oficial de Aragón, el proyecto de la empresa Fun Canyon S. L. podría causar "efectos negativos sobre el medio ambiente". Ratifica así la primera resolución, conocida a mediados de septiembre. Entonces dio plazo a las partes implicadas para presentar modificaciones (la empresa elevó de 5 a 12 el número de puestos de trabajo), pero los cambios introducidos tampoco han servido para pasar el filtro ambiental.
Una vez estudiados por el Inaga, el organismo público se ha mantenido fiel a sus planteamientos iniciales “que coinciden con los del Ayuntamiento”, apunta el alcalde, Mariano Altemir. La resolución se centra en la amenaza que supondría una tirolina de 2,5 kilómetros de longitud, más las estructuras complementarias, sobre el río Vero, y las especies que allí anidan, sin olvidar el rechazo social que ha suscitado este proyecto.
La declaración negativa de impacto medioambiental se basa en siete puntos. Entre ellos están las consecuencias adversas sobre varias especies de fauna amenazada (quebrantahuesos, alimoche, milano real, águila-azor perdicera y chova piquirroja, entre otras) y la incompatibilidad con el proyecto de recuperación del quebrantahuesos y del águila-azor perdicera. Dice que impide garantizar la conservación de las especies de una zona ZEPA y que interfiere con los planes de ordenación Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. Provocaría además afecciones paisajísticas a una zona de gran valor catalogada como Zona Periférica de Protección de Parque Natural, Parque Cultural, Red Natura 2000, Patrimonio de la Humanidad o Conjunto Histórico. La zona periférica de protección precisamente tiene como objeto evitar impactos ecológicos o paisajísticos procedentes del exterior como sería la tirolina.
Concluye que la alternativa de no ejecución del proyecto es “la más favorable". En cuanto a los posibles beneficios socioeconómicos, el Inaga considera que la docena de nuevos empleos y las retribuciones económicas por ocupación de terrenos “no compensan la afección ambiental y paisajística que conlleva el proyecto”, justificándose en que el Alquézar roza el pleno empleo y que “los ingresos pueden no ser suficientes si las administraciones tienen que asumir costes para facilitar la actividad (mejoras de accesos, ampliación de zonas de aparcamiento, etc.)”.
No obstante, el INAGA deja la puerta abierta a que la empresa promotora pueda presentar un nuevo proyecto, siempre y cuando las modificaciones legislativas o del mismo resultaran compatibles con la conservación de los valores naturales. En tal caso, abriría un nuevo expediente.
Los portavoces de la iniciativa privada afirman que “la empresa promotora es respetuosa con el órgano ambiental, estudiará con detalle la resolución publicada hoy, y valorará su alcance y los distintos pronunciamientos de las administraciones municipal y autonómica, para adoptar las medidas y decisiones de futuro que considere más oportunas”.
Contestación social
El proyecto generó en 2020 una gran contestación social en el municipio y en la comarca del Somontano con la creación de una plataforma, Alquézar Sostenible, que inició una campaña de sensibilización y presentó varias alegaciones. Asimismo, el montañero barbastrense Javier Subías reunió más de 2.200 firmas a través de la plataforma Change.org en contra de esta iniciativa. Colectivos como Apudepa, Fundación Amigos del Buitre, SEO Bird Life, etc., también mostraron su rechazo.
