"Ahora mueren más personas por las olas de calor que por las inundaciones "

El jefe de Protección Civil de la Subdelegación del Gobierno en Huesca, Emilio Leo, dice que Biescas revolucionó la protección civil y la percepción del riesgo. A partir de 1996 se crearon los parques comarcales de bomberos y al año siguiente nació el teléfono único del 112.

Emilio Leo charlando con unos bomberos en las inundaciones de Benasque.
Emilio Leo charlando con unos bomberos en las inundaciones de Benasque.
Javier Blasco

En la situación que estaba el campin de Biescas no hay actualmente ninguno. Lo afirman expertos como Emilio Leo, jefe de Protección Civil de la subdelegación del Gobierno en Huesca, que casualmente entró a trabajar en el servicio siete días antes de la riada. “Puede haberlos en las inmediaciones de los cauces y pueden estar sometidos a la crecida de un río, pero no con la severidad de Biescas”, dice. “Te da tiempo a avisar, a sacar a la gente. De hecho hemos tenido sucesos que han afectado a alguno”, aclara, recordando lo sucedido en las inundaciones de 2013 en Castejón de Sos, que originó el cierre de la zona de acampada. Cedió una mota pero hubo tiempo de desalojar.

Emilio Leo advierte de que ahora nos enfrentamos a otros riesgos, como el cambio climático. “No sabemos qué va a pasar. De hecho, ahora mueren más personas por olas de calor que por inundaciones”. Una afirmación basada en las estadísticas oficiales de fallecidos por desastres naturales en España entre 2000 y 2019. La alta temperatura es la primera causa, con 291 víctimas mortales, seguida de las inundaciones (209), los temporales marítimos (173), los incendios forestales (118) o los vientos fuertes (110). Le siguen los aludes (50), deslizamiento de terreno (32), rayos (29), episodios de nieve y frío (19) y terremotos (9).

La catástrofe del campin Las Nieves es, para este experto en Protección Civil, "hija de su tiempo”. La actual capacidad de respuesta ante una catástrofe nada tiene que ver a la de 1996. Si para algo sirvió aquella avenida de 1996 fue para revolucionar el sistema nacional de protección civil en España, "un país puntero en esta materia". Se modificó la ley del suelo para prohibir edificar y ocupar con determinadas actividades las zonas sometidas a cualquier tipo de riesgo, el Gobierno de Aragón promovió una ley propia y al año siguiente se puso en marcha en España el teléfono único europeo 112. La previsión meteorológica mejoró y la capacidad de computación permite dar avisos precisos. Pero sobre todo, “cambió la percepción que la sociedad tiene del riesgo”. 

“En 25 años, el vuelco ha sido brutal. Entonces no había capacidad de respuesta. Había un servicio de bomberos, el del Ayuntamiento de Huesca. Mientras que ahora tenemos un servicio provincial cuyo origen está en Biescas, porque a partir de ahí se empezaron a crear los parques de las mancomunidades, que luego pasaron a las comarcas y ahora a la Diputación”, explica este experto.

Hay que tener en cuenta, dice, que las características de la inundación de Biescas son muy particulares y actualmente, en el ámbito de su competencia, en la provincia de Huesca, asegura, “no tenemos ninguna situación de riesgo como esa desde hace mucho tiempo”.

El problema no son solo los cámpines junto a los ríos, también las viviendas u otro tipo de edificaciones. De hecho, la avenida del río Aragón en 2012 se llevó parte de una casa en Castiello de Jaca. “Claro que hay edificaciones sometidas a una crecida, pero ¿qué haces con las personas que tienen una vivienda en una zona inundable y a las que las administraciones les han permitido edificar allí? Es un tema complejo”, señala Emilio Leo, un problema incrementado con el desenfreno constructivo de las últimas décadas. “Es algo que arrastramos ahora, sobre todo en las zonas de costa”.

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