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Poleñino: espíritu artista desde de la forja a la fruta o el vuelo de la cigüeña

Morada del singular vizconde de Torres-Solanot, pionero del espiritismo en España, esta localidad monegrina aúna hoy en día el espíritu emprendedor de varios pobladores con los esquemas socioeconómicos tradicionales.

Una pista de motocross que alberga pruebas autonómicas y nacionales; el hermoso salto de agua –la Tinaja­­– que constituye una sorpresa en el paisaje tradicional monegrino; 34 postes gigantescos coronados por nidos de cigüeñas (al final va a ser cierto que no todas vienen de París) en un curioso parque a las afueras y una casa solariega que fue palacio –Casa La Una, antigua residencia del segundo vizconde de Torres-Solanot, don Antonio– que lleva un cuarto de siglo convertida en factoría artesana de pequeñas maravillas en diferentes disciplinas gracias a Raúl Sanz, su morador. Son algunas de las peculiaridades de Poleñino, el pueblo –allá va otro dato insólito, aunque ya lo airease hace años José Luis Melero en estas mismas páginas, amén de otros cronistas– en el que comulgó Pedro Almodóvar hace 61 años, y en el que reside Alfredito, que lleva una bandera pirata en su tractor. Hay señales de carácter indómito por doquier.

Raúl, zaragozano y especialista en la forja, lleva establecido en Poleñino desde 1995. "Mis padres compraron la casa La Una en 1991: entonces aún no sabíamos que había sido del vizconde de Torres-Solanot, ni que funcionó como hospital de campaña en la guerra civil. Somos siete hermanos: mi padre buscaba una casa grande, pero el Pirineo era muy caro. Vinimos un hermano y yo a verla y no lo vimos claro, le dijimos a mi padre que no la comprase y al día siguiente la compró. Poco a poco fuimos conociendo a todo el mundo, empezando por el alguacil, Amado, que ya murió. El que ha vivido aquí prácticamente desde entonces he sido yo".

Raúl montó taller de forja artística con un amigo, Rogelio Olmedo. "Era más barato y fácil aquí, desde los materiales a la propia obra. El empeño hasta 2006, algo más de una década: también hacíamos muebles. Mi socio se marchó a Mallorca: ahora está centrado en el dibujo y tiene una galería. La de aquí era una forma de vida un poco ‘hippie’, solíamos acoger a gente y enseñarles a trabajar la forja. José Azul fue uno de ellos, por ejemplo, ahora está en su pueblo, Burbáguena. Sigo formando gente que me lo pide, y aquí vienen amigos a crear; Niños del Brasil pasaron aquí un tiempo preparando su último disco. En el pueblo me llevo bien con todo el mundo; me han aceptado".

Además del yunque y el horno

Raúl y Rogelio, en alianza con amigos y allegados, movieron en su día varias actividades culturales en Poleñino. En 1997 armaron una obra de teatro con el Teatro del Temple y Carlos Martín, por ejemplo. "También se rodó un cortometraje: mi cuñado Ricardo Salvador, que procede de Atea, lo empezó hace 20 años y acabó convirtiéndolo en un largo, que estrenó el año pasado y ha ganado varios premios dentro y fuera de España. Ahora escribe un nuevo guión, con Antonio Torres-Solanot como inspiración. También organizamos aquí durante años Filmatic, festival de cine especializado en Super 8 y animación". El vizconde fue un alma inquieta: de hecho, presidió desde 1872 la Sociedad Espiritista de España.

En Poleñino hay más gente con empuje. El burgalés Miguel Andrade, por ejemplo; radicado en Poleñino desde hace décadas, ejerce como secretario del ayuntamiento –y de algunos municipios vecinos– y está preparando junto a Raúl unas jornadas lectivas sobre la casa La Una y su historia; Miguel también es pintor y escritor. Su hijo David, que ya nació en el pueblo, es uno de los jóvenes emprendedores que ha apostado por Poleñino como base. "Llevo un año en la tienda del pueblo, que está al lado de la iglesia y la casa de cultura; también hago distribución de fruta y verdura por la comarca con Monegros Green, sobre todo a bares, restaurantes y otras tiendas. Me surto en Mercazaragoza dos veces por semana. Llego a Sariñena, Grañén, Almudévar, San Juan… quería emprender aquí, en mi pueblo; miré otras cosas, pero esta oportunidad me pareció perfecta".

Un municipio activo

El mapa socioeconómico local tiene una parada lógica en la agricultura, que actualmente está concentrada en menos manos; eso sí, los que se han quedado las explotaciones están dando trabajo a gente joven, con buenos jornales, lo que ha hecho que muchos se queden en el pueblo. Las granjas eran familiares hasta hace no mucho, pero poco a poco han ido pasando al ámbito de las integradoras. "Hay dos señoras algo mayores que yo que han montado negocio de confección tras hacer varios talleres formativos, y una asociación local de mujeres, el Tremoncillo, nombre del tomillo en fabla, que tradicionalmente se ha movido mucho; ahora centran su actividad en viajes y coordinación de conferencias con la comarca. También hay una lavandería industrial, Monegros, que pusieron dos personas del pueblo; trabajan mucho, sobre todo para hoteles y hospitales", concluye Raúl".

En datos

Comarca: Los Monegros

Población: 200

Distancia a Huesca, su capital de provincia: 36 km

Los imprescindibles

Fernando Casaus

El músico de Poleñino forma parte de la Orquesta Atenea y de la Compañía Osca que dirige Roberto Ciria, para el que ha hecho arreglos y adaptaciones en el disco ‘Ciria y Bueno’. Toca la bandurria, la guitarra, el laúd y la guitarra acústica.

Un comulgante de cine

Pedro Almodóvar comulgó en Poleñino el 15 de mayo de 1958; había llegado al pueblo el verano anterior. Su padre estuvo un año de capataz en una fábrica local dedicada a la fabricación de canales, tubos y soportes de fibrocemento.

Casa Las Almenadas

Casa rural de alquiler completo con capacidad para 8 personas. Tiene dos plantas, porche, un pequeño jardín, bodega y piscina. Se rehabilitó con forja, madera, paredes forradas con piedra de la zona y el ladrillo original de la casa.

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