Arguis recibe a 160 nadadores con más agua que nunca

El pantano de Arguis ha lucido sus mejores galas para la edición número 42 de la travesía a nado, el Trofeo Víctor González. Los organizadores no recordaban una mañana con un agua tan abundante. Las lluvias de las últimas semanas han llenado el embalse, que además presentaba una buena temperatura y mucha claridad. Las condiciones idóneas para que unos 160 nadadores se hayan zambullido en aguas abiertas y completado el recorrido con cientos de personas y acompañantes como testigos. Una de las citas más refrescantes del verano en el Alto Aragón se consolida tras la suspensión del año pasado.

El primer clasificado, Fernando Aláez, se ha impuesto por cuarta ocasión consecutiva, un reinado solo interrumpido por la suspensión de 2017. En féminas se ha impuesto Covadonga Celigüeta. “Vienen muchos clubes de Zaragoza e incluso se han inscrito extranjero que viven en Aragón y vascos que nos preguntaron si podían participar pese a no encontrarse federados aquí. Nosotros no ponemos ningún impedimento, lo que queremos es que venga cuanta más gente mejor y que disfrute”, ha señalado uno de sus organizadores, Ernesto Ferrer.

En 2017 no pudo celebrarse por problemas de seguridad en las embarcaciones que acompañan a los participantes para evitar que se desorienten y auxiliar a los deportistas que se encuentren en apuros. Esta mañana, la organización ha funcionado con la exactitud de un reloj suizo y la jornada se ha desarrollado sin incidentes. Arguis sitúa al mismo nivel a los más avezados deportistas con aquellos que tan solo pretenden desarrollar su afición por este deporte en plena naturaleza.

Marta Broto, una zaragozana que ha acudido a participar en la prueba en la categoría absoluta, señalaba que “la diferencia se encuentra en nadar al aire libre, sin las restricciones de una piscina. Para los que nos gusta nadar en el mar es lo más parecido que tenemos por aquí”. Para Javier Orduna, oscense, se trata de “una cita ineludible todos los años. Se entrene más o se entrene menos lo hacemos porque es un día bonito y diferente”. Fernando Aláez ha invertido 14.53 minutos, y los últimos en llegar en torno a la media hora.

La distancia que se recorre en el embalse es de unos 1.250 metros, aunque no es un cifra exacta porque en ocasiones depende de las corrientes del agua, de su nivel y de la pericia de los nadadores. Si estiran el circuito regresarán a la orilla con los músculos más cargados. Unas boyas marcan el lugar donde se ha de dar la vuelta y rumor creciente de los gritos de ánimo de los espectadores la señal más clara de que la meta se encuentra cada vez más próxima. Los más pequeños realizan un circuito de 400 metros.

La Asociación de Clubes de Natación de la Provincia de Huesca organiza esta travesía, en la que se ha guardado un minuto de silencio por el fallecimiento, hace unos meses, de Luis Cañizares, colaborador de la cita y deportista. Ernesto Ferrer se ha referido a que de los más de 160 inscritos han terminado el trazado unos 150. “De los años que llevamos organizando la prueba es el año con más agua en el pantano. Es la prueba por excelencia de travesías de larga distancia en pantano en Aragón”, ha señalado.

Tras una semana de preparativos e infraestructuras cubiertas de manera interesada por un amplio número de colaboradores, la seguridad ha vuelto a desempeñar un papel capital. Para Ferrer es “lo más importante”. “La barca que empleamos por si ocurre algo es imprescindible. Hay participantes que no son nadadores profesionales y a cualquiera le puede dar un tirón u otro problema e irse abajo. Para nosotros es más relevante que las clasificaciones”, ha añadido.