La imagen que se ha visto en el salto de Bierge durante el puente del 15 de agosto, con largas colas de casi 30 autobuses, miles de bañistas y bolsas de basura que caían de los contenedores, tiene que desaparecer el próximo verano. La masificación en este enclave crece a pesar de la prohibición de acceso por lo que el Gobierno de Aragón ha decidido tomar cartas en el asunto y de cara al año que viene se plantea cobrar una tasa y limitar el número de personas. Se trata de encontrar, de una vez por todas, una solución para evitar la aglomeración, garantizar la seguridad de las personas y preservar este paraje enclavado en el corazón de la sierra de Guara y que constituye una de los lugares favoritos de altoaragoneses y forasteros para sofocar el calor.

Las medidas que se adopten tienen como único objetivo regular el acceso, como ya plantearon en su día los empresarios de la sierra de Guara o el propio Ayuntamiento, que a principios de este verano instaló 14 señales para prohibir el acceso que no han surtido el efecto disuasorio esperado. De hecho, este fin de semana la afluencia ha sido superior a la habitual, llegando cerca de 30 autobuses, la mayoría procedentes de Cataluña, que han ocasionado problemas de circulación al quedar cortada por momentos la carretera comarcal.

Preocupación unánime

El departamento provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad convocó recientemente una reunión en la Comarca del Somontano en la que participaron entidades y asociaciones afectadas por este problema. Asistieron el delegado del Gobierno de Aragón en Huesca, el presidente de la Comarca, responsables de la Conferencia Hidrográfica del Ebro, el alcalde de Bierge, la Guardia Civil, representantes del Centro de Desarrollo Rural del Somontano, empresarios de turismo activo y de la sierra de Guara, agentes de protección de naturaleza en la comarca y de protección civil o clubes montañeros como Peña Guara. Todos mostraron su preocupación y plasmaron una postura unánime para regular el acceso al lugar como espacio de uso lúdico, siguiendo otros ejemplos en la Comunidad aragonesa.

En la reunión se acordó que Desarrollo Rural y Sostenibilidad redacte una propuesta para llegar al consenso de todas las partes con el fin de que el verano siguiente no se den estos problemas de masificación. La próxima mesa de trabajo será en noviembre y a ella ya se acudirá con un plan de actuaciones iniciales.

Algunas de estas pasan por que haya un número de bañistas límite por día, cobrar una entrada, delimitar con claridad el acceso y la salida y que el Ayuntamiento de Bierge disponga unas ordenanzas fiscales que le permitan realizar algún tipo de cobro por el disfrute de la zona. Asimismo, se plantea acondicionar el parquin, contar con personal que haga cumplir la normativa, limitar el acceso de vehículos, sobre todo autobuses, etcétera.

Jesús Lobera, director provincial de Desarrollo y Sostenibilidad, señaló que "se trata de limitar de una forma legal el número de usuarios que accedan al día a ese paraje. Se pueden hacer muchas cosas como ya se han hecho en otros espacios similares". "Se establecerá un aforo máximo porque nos permitirá garantizar una evacuación con total normalidad, algo que ahora no se puede con unas cifras de más de mil bañistas al día que son insostenibles", añadió,

Lobera recalcó que lo fundamental es garantizar la "seguridad de los usuarios y evitar el nivel de riesgo". "Este fin de semana hemos tenido autobuses estacionados en la carretera que no permitían el paso y dificultaban la circulación. Imaginemos que este paraje sufra una incidencia como un incendio. Con este volumen de uso es imposible una adecuada respuesta de evacuación, y eso es lo primero que tenemos que resolver", apostilló".

El Ayuntamiento de Bierge ya ha mostrado su predisposición a trabajar en este sentido. También aplaude la iniciativa la asociación de empresarios de la sierra de Guara. Su presidenta, Monserrat González, asegura que la asociación "escuchará y apoyará" las medidas que se adopten.