Profesión en Santa Clara después de 42 años

Hace 42 años que no tiene lugar una profesión solemne en el convento de Santa Clara de Huesca, pero el lunes, la comunidad religiosa contará con una nueva hermana. Miriam Orozco Martins celebrará sus votos en la iglesia del cenobio, donde reside desde hace dos años. Nació en 1988 y al cumplir la mayoría de edad ya decidió cuál era su vocación.

Según dice, al dar este paso se siente "feliz y muy ilusionada", aunque al mismo tiempo experimente "el estremecimiento que me hace descalzarme ante tan gran misterio". Sara Miriam Orozco comenta que ese día también será motivo de alegría para su comunidad, "no solo por lo que supone el paso, sino porque es un hito importante para este convento", en el que viven actualmente en seis hermanas clarisas en régimen de clausura.

La nueva monja se describe como una persona movida por la inquietud de la búsqueda, que encuadra su historia y que refleja en uno de los versículos elegidos para su profesión. Esta inquietud es lo que además ha plasmado en el recordatorio para este día, en el que aparece un camino, con unas sandalias y un cordón "como símbolo de nuestro carisma".

Al reflexionar sobre las vocaciones, la religiosa ofrece una visión esperanzadora, "si bien en España no hay tantas, existen otros lugares en los que no cesan de surgir". "En el mundo hay mucho ruido, el ambiente no es propicio, es todo muy ambiguo y es más difícil que surja la semilla de la vocación, pero también percibo que hay muchos jóvenes cansados de tantas cosas descafeinadas que les ofrece la sociedad", comenta. Ella los anima a que no paren de buscar, a que no dejen apagar la llama de la inquietud en su corazón y a que sean valientes para arriesgarlo todo: "El Señor nos creó para cosas grandes y el mundo nos esperando".