La Dirección General de Tráfico (DGT) asesorará al Ayuntamiento de Huesca sobre la reordenación del tráfico en la rotonda del paseo de Ramón y Cajal, un glorieta por la que circulan umás de 25.200 vehículos al día y que también es utilizada por peatones y ciclistas.

Comenzó a funcionar a principios de 2013 y desde entonces, las quejas de los usuarios son continuas, tanto por su trazado, que es elíptico como por la unificación de los dos carriles que llegan desde el paseo a la avenida de Danzantes y se quedan en uno. Además, lo peatones y ciclistas tiene problemas para cruzar en ese punto cuando el semáforo está en ámbar.

La subdirectora de Circulación de la DGT, Ana Blanco, visitó la ayer la rotonda junto al alcalde oscense, Luis Felipe, y técnicos de la Dirección General. A falta de analizar las características geométricas y la intensidad de la circulación, Blanco comento que "es una glorieta compleja, con tráfico de todo tipo y en la que hay que conciliar que todos los usuarios se puedan desplazar de forma segura". Según explicó, con todos los datos y a través de herramientas de simulación se diseñarán las propuestas de actuación que debe poner en práctica el Ayuntamiento de Huesca.

El alcalde indicó que se trata de adoptar "decisiones que no sean improvisadas sino con fundamentos técnicos para mejorar la funcionalidad que debe tener esta rotonda".

El intendente de la Policía Local, Alberto Edroso, señaló que en esta glorieta no se producen grandes siniestros sino accidentes leves. Asimismo, comentó que es la zona más conflictiva y con más densidad de tráfico en Huesca porque "al peatonalizar el centro el tráfico se desvía por Danzantes y Lucas Mallada y los coches que antes pasaban por el Coso vienen por aquí, lo que supone un incremento de la circulación de entre un 15 y un 20%".

El cruce de Ramón y Cajal con Danzantes (11.357 vehículos) es el que origina más problemas y donde se producen colapsos a la hora de entrada y salida de los trabajadores de los polígonos.