Modesto Pascau: "No queremos prohibiciones, queremos regulaciones"

Pascau relevará a Manuel Pizarro en la presidencia del Patronato del Parque Nacional de Ordesa. Lleva en este organismo 30 años como miembro de la FAM.

Modesto Pascau es el miembro más veterano del Patronato de Ordesa, que ahora presidirá.
Modesto Pascau es el miembro más veterano del Patronato de Ordesa, que ahora presidirá.
oliver duch

-La presidencia del Patronato de Ordesa la han ocupado hasta ahora varios representantes de la administración (Santiago Marraco, Alfredo Boné...), pero usted, como miembro de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), representa a los usuarios. ¿Por qué este giro?

-Quizá no sea lo mejor que quien mande y gestione en Ordesa, o sea, la administración, presida el órgano de participación. Los usuarios somos importantes. La Constitución española ampara en su artículo 45.1 el derecho de los ciudadanos al disfrute de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.


-¿Significa que se quiere hacer del Patronato de Ordesa un órgano más participativo?

-Así lo entiendo yo, la Federación, y así lo ha expresado el consejero Joaquín Olona. En el resto de Parques Nacionales los presidentes siguen siendo representantes de las administraciones.


-Ese artículo de la Constitución habla del disfrute del medio ambiente pero también de la conservación. ¿Los ecologistas pueden sentir recelos por su nombramiento? De hecho presentaron un candidato alternativo, un técnico del Instituto Pirenaico de Ecología.

-Es legítimo que sean más partidarios de un científico, pero la mayor parte del Patronato no estuvo de acuerdo con ellos. Nosotros representamos a 20.000 montañeros de más de 200 clubes (10.000 federados). En todo caso, a veces se magnifican más las pequeñas diferencias que los grandes acuerdos.


-Pero da la impresión de que usuarios y ecologistas estén en bandos opuestos.

-Nosotros no tenemos conciencia de hacer un mal uso de la montaña, ni de que ellos se rijan por criterios científicos y los demás solo opinemos. Vale lo mismo el voto de un albañil que el de un científico. A mí me da igual, pero a la FAM no le gustó que plantearan un candidato alternativo, porque nunca antes lo habían hecho, ni con Pizarro ni con Boné.


-Ordesa plantea limitaciones en el uso y disfrute. ¿Hay alguna con las que no esté de acuerdo?

-Hemos discutido prohibiciones que nos parecen estúpidas. Por ejemplo, durante años se prohibió el ascenso por la cara norte de Monte Perdido para no dañar el glaciar. Parecía que el piolet iba a terminar con el glaciar, cuando todo el mundo sabe que el problema no es el paso de cien montañeros, es el cambio climático. Tampoco se nos dejó usar el camino de Turieto Alto por la presencia de los últimos bucardos. Murieron y seguimos sin poder pasar. Si la situación ha cambiado, por qué no la norma. Me parece mal que nos quiten un derecho fundamental por un ‘por si acaso’. El bucardo se extinguió (quedaban más de 80 cuando se declaró el Parque) posiblemente por mala gestión. No queremos prohibiciones, queremos regulaciones ligadas a un hecho concreto. Hay cuestiones reguladas en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales que solo las puede cambiar otro plan, pero se renueva cada 20 años.


-¿Existe excesiva presión humana en Ordesa?

-En Ordesa, como en la mayor parte de la alta montaña de Aragón, en el momento en que te sales del circuito no hay presión humana. La gente se concentra en unos pocos sitios: el inicio del valle de Pineta, la Cola de Caballo de Ordesa... No me parece mucho que haya 100 personas un día subiendo a Monte Perdido, porque ese mismo día, en el resto de los tresmiles de esta zona, más de 20, no llegarán a 50. La mayor parte del territorio no está pisado, y el verdaderamente pisoteado no alcanza ni el 0,2%.


-Las limitaciones no afectan solo a los visitantes, también a los habitantes. ¿Sería partidario de ser más flexible?

-Los ayuntamientos sienten a veces que sus terrenos (montes de utilidad pública de su titularidad) están ‘expropiados’ por la administración por ser algo excepcional, y eso debe tener una compensación en servicios. Los años con más alegría en las subvenciones se han quejado menos porque han podido arreglar los accesos, las escuelas... Ahora lo van a tener más difícil porque saben que existen menos recursos y que hay otras prioridades (educación, sanidad, vivienda...). Sí es posible que pueda haber en algunos momentos una cierta desafección. Cuando se planteó la ampliación por Bielsa, el Ayuntamiento se opuso porque entendía que no había recibido una serie de ventajas que otros sí tenían, como el Centro de Visitantes de Torla, que crea puestos de trabajo y es una atracción. Las mejoras que algunos ayuntamientos han notado, otros no las han tenido, por las razones que sea, muy pocas veces lógicas y de vertebración y más bien espurias.


-El Gobierno central ya ha anunciado que habrá menos dinero en 2016. Y del presupuesto autonómico nada se sabe.

-Madrid tiene un 40% menos para repartir en ayudas entre los Parques de toda España. No sabemos cómo afectará aquí. El presupuesto del Gobierno de Aragón no está cerrado, pero imaginamos que no será mejor.


-Es el miembro que lleva más tiempo en el Patronato de forma ininterrumpida, 30 años. ¿En qué ha cambiado el Parque?

-Cuando yo llegué, se presentaba una propuesta de presupuestos que luego debatíamos. El Patronato era más decisorio en temas de interés para ayuntamientos o usuarios. Ahora discutimos el presupuesto cuando ya está aprobado, nuestra opinión no es vinculante. Lo es en asuntos de menor enjundia. Cuando comenté esto con el consejero me dijo que está de acuerdo en mejorarlo, porque si no hay recursos, ni capacidad de decisión, a casi nadie le interesará que exista.


-¿Qué debería cambiar en el Parque Nacional?

-Los Parques se apoyan en tres ejes relacionados: conservación e investigación, desarrollo socioeconómico del entorno y uso público. Los ayuntamientos hablan más del desarrollo; los que como yo representamos a la FAM, más del uso público; y los ecologistas, de la conservación. En todos los aspectos se puede y se debe mejorar. Los ayuntamientos se quejaron en la última reunión del bajón de la inversión estatal; los investigadores y los ecologistas, del escaso porcentaje dedicado a conservación. En definitiva, a nivel económico la situación es manifiestamente mejorable. Debemos impulsar que haya más recursos y una mejora de la participación. Si España quiere tener una red importante de Parques Nacionales, y lo mismo Aragón con su red de espacios protegidos, debe dotarlos económicamente. Con más recursos, habría menos conflictos.


-¿Hay algún proyecto al que le daría prioridad?

-Hay uno complicado: Añisclo es un valle espectacular, pero el acceso y el uso están mal planteados, y hasta ahora no ha habido una propuesta de consenso. Permitiría poner en valor una de las entradas, que al tener un acceso complicado no se masificaría. La mejor regulación no es la prohibición, es la distancia, como pasa en el valle de Ordesa: muchos se quedan en la primera cascada y solo algunos llegan a la Cola de Caballo.

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