El barrio de La Encarnación de Huesca seguirá, como en el último año, sin presidente. La asamblea celebrada la tarde del viernes en el local social de Martínez de Velasco se cerró sin que surgiera ningún candidato, por lo que la actual junta gestora decidió continuar con su labor en los próximos meses. Lo harán, en principio, hasta que se celebren las fiestas patronales, que tienen lugar el próximo mes de marzo.

Después, se plantearán la celebración de una nueva asamblea con el fin de encontrar voluntarios para los puestos de presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocal. Otra opción es la disolución definitiva de la asociación, aunque como manifestó una de las gestoras actuales, sería en último término. “Si no hay candidaturas y no hay junta, no hay asociación de vecinos, ni local, ni nada, pero eso ya es lo último”, señaló. Recordó además que el área municipal de Participación Ciudadana permite, en principio, el trabajo de juntas gestoras como la de este barrio oscense.

La Asociación de Vecinos del barrio de La Encarnación, recordaron durante la reunión, cuenta con algo más de 400 socios, si bien apenas una decena acudieron a la asamblea del viernes. Se pidió, por ello, la colaboración de todos a la hora de preparar el programa festivo. “El año pasado sucedió lo mismo en la asamblea, pero al final, las fiestas salieron bien”, recordó uno de los asistentes, en relación a la amplia colaboración recibida entonces de forma voluntaria. Las labores son ya conocidas por la mayoría: repartir los programas y preparar la tradicional hoguera con las patatas asadas, entre otros actos. “Si no colaboramos, no habrá fiestas”, recordó otra de las asistentes.

Durante la reunió se abordaron dos puntos más del orden del día. Por un lado, el presupuesto de 2014, que se aprobó por unanimidad. Por otro, en el apartado de ruegos y preguntas se trataron varias cuestiones que preocupan a los vecinos. A la falta de alquitranado en algunas zonas del barrio y el arreglo de los huecos vacíos de los árboles se unieron otras cuestiones, como la instalación de un suelo adecuado para el juego de los niños en las zonas verdes, actualmente de tierra (con la consiguiente formación de barro cuando llueve) o gravilla en algunas partes. También se planteó la construcción de una escalera junto al edificio de Obras Públicas, donde la acera cuenta con dos niveles a diferente altura con un escalón de considerable altura como punto de unión.