Huesca

Biescas velará por la memoria de Angelines Villacampa y Susín

El núcleo deshabitado del Pirineo ha perdido recientemente a la que ha sido su mantenedora durante décadas.

Angelines Villacampa y Susín, a la izquierda.
Biescas velará por la memoria de Angelines Villacampa y Susín

 “Mantener la esencia de lo que significan Angelines y Casa Mallau en Susín”. Ese es el propósito del Ayuntamiento de Biescas, al que pertenece este núcleo de la comarca del Alto Gállego, tras la reciente muerte de Angelines Villacampa, quien ha dedicado gran parte de su vida a evitar que esta localidad se convirtiera en un pueblo abandonado y olvidado. Según explica el alcalde del municipio, Luis Estaún, tienen la intención, próximamente, de reunirse con la familia de esta mujer, con el fin de diseñar las líneas de actuación destinadas a preservar su memoria y su legado. “Angelines era una persona insustituible y tenemos la obligación moral de mantener su llama viva y de preservar Susín y sus tradiciones, su mayor motivación en esta última parte de su vida”, señala el primer edil biesquense.


Su intención es así, mantener los cauces abiertos por Villacampa, a la que califica como “una mujer infatigable, la auténtica alcaldesa de Susín” y continuar con la rehabilitación de los senderos que llevan a esta localidad pirenaica, además de “poner en pie” aquellos edificios más deteriorados. “Tenemos que ponernos manos a la obra y conseguir ayudas para poder llevar a cabo todo ello”, manifestó Estaún. Asimismo, están estudiando la organización de diferentes actividades de carácter cultural, que mantengan la vida de la que Angelines, tan generosamente, dotó a su pueblo.

Resurgir de las cenizas

Villacampa era la encargada de mostrar la localidad a los visitantes, además de contarles la historia de la misma, desde sus orígenes hasta que fue víctima del despoblamiento que asoló el Pirineo en la década de los 60. Trabajó como profesora de francés y fue llegados los años 80, cuando esta singular mujer decidió regresar al pueblo que la había visto nacer para hacerse cargo de ella frente a su avanzado estado de deterioro.


Fundó la asociación ‘Amigos de Susín’ y comenzó a recibir a los turistas que acudían a visitar la zona. Después llegaría la solicitud de ayudas y la organización de campos de trabajo, que han dejado como herencia varios edificios –como la herrería o el lavadero- y senderos ya rehabilitados y convenientemente señalizados. Organizó además un festival de la oralidad, en el que se escucharon de nuevo y de viva voz, las historias de aquellas gentes que, como ella, permanecerán siempre en este rincón de la comarca del Alto Gállego.