FIESTAS EN HUESCA

Calurosa ofrenda a San Lorenzo

Los oscenses llevaron flores y frutos a su patrón en una tarde en la que se superaron los 34 grados.

Los oferentes lucieron vestidos históricos.
Calurosa ofrenda a San Lorenzo
J. BLASCO

Cientos de oscenses resistieron ayer por la tarde los 34 grados a la sombra para participar en la Ofrenda de flores y frutos a San Lorenzo, un desfile en el que los asistentes lucieron trajes típicos de la provincia de Huesca y de todo Aragón, además del blanco y el verde. A las flores y los frutos y la albahaca con las que ayer se honró al patrón de Huesca se sumó ayer otro elemento imprescindible, el abanico, necesario para los espectadores paliaran, en parte, el calor que desde las 19.00 a las 20.45 reinó en la ciudad.

La comitiva partió puntual desde el cruce del Coso Alto con la calle de la Amistad. Allí se fueron congregando los participantes en la ofrenda. Niños, mayores, mairalesas, concejales, familias, jóvenes... Y algunos llegados desde otras localidades. Lucía llevaba los pendientes de su tatarabuela y Lourdes vestía cinco faldas. Teresa iba de serrablesa, con falda y medias de lana y con un mantón isabelino. Al atuendo, que siempre se procura que sea impecable, se añadían los peinados de las mujeres con lazos , recogidos de churro (Ansó) y picaporte (Fraga) y los sombreros de los hombres.

A las 19.15 empezaron a sonar las campanas de la basílica de San Lorenzo para dar la bienvenida al busto del santo, que sobre la peana esperaba las flores y el saludo de sus fieles, que cada años, según recordó el presentador del acto, Pablo Gracia, muestran su gratitud a San Lorenzo por el agua y las cosechas de las huertas que rodean Huesca. En las cestas de los oferentes había tomates rosas, cebollas, girasoles, pimientos, melocotones, magdalenas, racimos de uva y vino embotellado.

Cuando el principio del desfile llegó a la plaza donde está la basílica, los murmullos dejaron paso al silencio para escuchar la oración a San Lorenzo, que leyó Ángel Muzas, prior de la cofradía de Caballeros de San Lorenzo. Muzas habló de reencuentro y de agradecimiento; mencionó a los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud y pidió al santo «inspiración para que nuestros gobernantes sigan tu ejemplo» y aclaró que se refería «a la honradez y austeridad que tú administrabas el tesoro de la iglesias».

Tras las palabras del prior de la cofradía llegaron las ofrendas. El santo recibió lo mejor de la huerta y escuchó jotas, como la del grupo Os Faticos, que acompañó a la peña La Parrilla en la ofrenda de las peñas recreativas. También cantó al santo la Asociación Cultural Coros y Danzas de Molina de Segura (Murcia), que junto con el grupo de la peña Os Casaus ofreció varios kilos de cebollas.

Además de la representación municipal, la Cofradía de los Caballeros de San Lorenzo y las mairalesas de las peñas y los barrios pasaron ante el santo los grupos folclóricos locales y las personas que, a título particular, se acercaron a la plaza para depositar su ofrenda. Fue una auténtica pasarela de fervor y tradición, adornada por los vestidos que simbolizan la historia de las familias y la tradición de los pueblos aragoneses.

Según caía la tarde, la parrilla colocada en la fachada de la iglesia se llenaba de flores en verde y blanco con el trabajo de los cofrades y de las brigadas municipales. El calor no cesaba, pero la devoción y el compromiso ayudaron a todos a aguantar la espera, que se vio recompensada por la belleza de los trajes y el último baile del año de los Danzantes, que junto con la Banda de Música de Huesca, removieron de nuevo el corazón de los oscenses.

El día de los mayores

Los mayores también tuvieron ayer un día dedicado a ellos, con un almuerzo a base de migas y vino. 25 kilos de chorizo, 15 de longaniza y panceta, 35 de uvas, dos de sal, 50 cabezas de ajo y 100 kilos de migas, fueron los ingredientes necesarios para preparar la comida que reunió a 800 personas en el Palacio de Congresos. Al ágape asistieron también las mairalesas, varios voluntarios y algunos políticos, que se encargaron de hacer el reparto.

Tras el almuerzo se hico la entrega de premios a los ganadores de diferentes pruebas y concursos como el de parchís, el hoyote, la rana, el tejo o la petanca.

La noche, en cambio, había sido para los jóvenes... y para la música. A pesar de que el tiempo no acompañaba -la lluvia hizo acto de presencia en la noche del domingo- no faltaron las propuestas. Mike Kennedy, el antiguo líder de los Bravos, puso el toque de nostalgia durante una hora, hasta que el concierto tuvo que ser suspendido. También la actuación de La Salseta del Poble Sec se vio interrumpida por la lluvia. Solo los madrileños Depedro, que actuaban en el Palacio de Congresos, pudieron acabar su actuación. Lo hicieron con éxito, metiéndose a los muchos asistentes en el bolsillo.