AERONAVES LIGERAS

Castejón mira hacia el cielo

El aeródromo ribagorzano batió su récord de participación en el Bielsa-Lacorte.

Uno de los modelos más peculiares, en el momento del despegue.
Castejón mira hacia el cielo
áNGEL GAYúBAR

El aeródromo de Castejón de Sos acogió el pasado domingo, con un histórico récord de participación, la celebración de la séptima edición del Trofeo Bielsa-Lacorte para aeronaves ligeras. Una veintena de aparatos frente a los catorce que marcaban el anterior mejor registro participativo se dieron cita en esta prueba que congregó a gran cantidad de espectadores que disfrutaron de lo lindo con las evoluciones de pilotos y máquinas. Organizado por el Aeroclub Aviadores de Montaña de Aragón con la colaboración del Ayuntamiento de Castejón de Sos, la prueba resultó un rotundo éxito.


En un encuentro que certificó el hermanamiento con los aviadores franceses que tienen su sede en el cercano altipuerto de Luchon, cinco aeronaves francesas participaron en el trofeo castejonense e iniciaron desde allí un rally por España. Previamente, varios pilotos que tienen Castejón como centro de actividades habían volado hasta el aeródromo francés para estrechar los lazos con el club del país vecino.


La competición propiamente dicha se desarrolló durante la jornada del domingo, pero ya desde el viernes comenzaron a llegar a la Alta Ribagorza los aviones participantes en el encuentro y otras veinticinco aeronaves que quisieron acompañar a los competidores en esta cita que se disputó con unas excelentes condiciones climáticas y un más que notable nivel medio entre los presentes. Algo que se pudo comprobar el día de la competición pero también el sábado anterior, jornada que la organización permitió la realización de vuelos de entrenamiento sobre la zona. En cuanto a la clasificación final, estuvo comandada definitivamente por el piloto de Villanueva de Sigena Ernesto Galindo quien se vio flanqueado el podio por Josep Artal, de Alcolea de Cinca, y por el catalán Josep Prat.


Como datos anecdóticos cabe destacar el hecho de que por primera vez participara en este trofeo un autogiro y el de que dos chicas concluyeran la prueba con unos más que meritorios resultados. También destacó la presencia entre los pilotos inscritos de Gerardo Bielsa a los mandos de un aparato de los denominados de 'tubo y tela'. Hijo del Bielsa-Lacorte, en cuya memoria se convoca esta prueba, Gerardo dominó su categoría y fue uno de los pocos aviadores que 'clavó' su aparato sobre la línea de arribada marcada por la organización.


El trofeo se creó para honrar la memoria de Gerardo Bielsa Lacorte, hijo de Castejón de Sos, piloto durante la Guerra Civil española y padre de los hermanos Bielsa, introductores del parapente en la localidad. Se trata de una prueba de aterrizajes de precisión inspirada en la 'Coupe Geiger' de los pilotos de montaña que tiene como galardones para los mejores un 'Truco' y un 'Cuartizo', entregados a los ganadores de cada categoría para que lo custodien durante un año. Sus nombres, con los de las ediciones anteriores, figuran ya en las placas que se fijan en las correas de estas esquilas.


La dinámica competitiva es sencilla; para la prueba de aterrizajes se pinta con yeso en la pista una parrilla de aterrizajes con una separación de 5 metros entre cada raya. Los participantes deben posarse con el tren de aterrizaje principal sobre la raya de los cero metros y cuanto más se alejan, mayor penalización. Gana el que aterriza encima o más cerca de este punto cero.