VANDALISMO

Educación instala cámaras de vigilancia en el colegio de Zaidín tras dos incendios en las aulas

Las medidas de seguridad intentan evitar nuevos actos de vandalismo tras quedar arrasada un aula hace 20 días.

A la izquierda de la imagen, una de las cámaras que vigila la entrada al colegio desde el patio de recreo.
Educación instala cámaras de vigilancia en el colegio de Zaidín tras dos incendios en las aulas
J. D.

Entre cámaras de seguridad y detectores de movimiento, los 180 alumnos del colegio público San Juan Bautista de Zaidín volvieron ayer a las aulas tras las vacaciones navideñas. No obstante, para algunos, concretamente para el grupo de 1º de ESO, las fiestas han sido un poco más largas, puesto que no pudieron dar clase los tres últimos días lectivos de 2010 por la acción de un grupo de vándalos, que quemó de madrugada su aula y causó graves daños en el mobiliario.


Era la segunda vez que sucedía en solo un mes, por lo que tras el último incidente el equipo docente solicitó al Servicio Provincial de Educación que reforzara la seguridad en las instalaciones con la colocación de una alarma u otro dispositivo similar, ante la preocupación generada.


Dicho y hecho. El director del centro educativo, Isidro González, explicó ayer que durante las vacaciones se ha aprovechado para dotarlo de varios dispositivos de vigilancia. En este sentido, comentó que se han instalado varias cámaras, así como sensores de movimiento, aunque no concretó su número.


Solo en el exterior se puede observar la presencia de dos aparatos de grabación, uno de ellos en la puerta principal que da acceso al reciento desde la calle y otra más a la entrada del edificio que enfoca el patio del recreo.


También en otros centros

Desde la consejería de Educación del Gobierno de Aragón informaron ayer de que la adopción de medidas de este tipo "no es un hecho aislado" y también se ha tomado esta decisión en otros centros en función de determinadas circunstancias, aunque también dejaron claro que no es una práctica generalizada.


González confirmó que las nuevas medidas de seguridad ya están operativas y destacó que los escolares -el colegio ofrece desde Educación Infantil hasta el primer ciclo de Secundaria- habían regresado ayer a las aulas tras las vacaciones "con absoluta normalidad".


El último incendio, que fue el más grave, se produjo en la madrugada del pasado 20 de diciembre y obligó a suspender las clases durante dos días, si bien los alumnos del grupo de 1º de ESO tampoco pudieron regresar el 22 -último día lectivo del año- puesto que su aula quedó inutilizada por el fuego que provocaron los vándalos. Precisamente los chavales se habían trasladado a esa clase después del primer fuego intencionado que se había registrado el 15 de noviembre, y que tampoco causó daños personales.


Al parecer, en esta segunda ocasión los autores de los hechos prendieron fuego a dos armarios donde el profesor guardaba libros, programaciones, exámenes e informes de estudiantes. Además, provocaron otro pequeño foco en una zona más alejada quemando exámenes. Las llamas hicieron que se desprendiera parte del yeso del techo, y toda la estancia quedó ennegrecida por el humo. Los gamberros también se cebaron con la sala de profesores, donde volcaron las pantallas de dos ordenadores y rompieron la máquina de café. Otra de las aulas afectadas fue la de 3º de Primaria, donde fracturaron los cristales de la puerta y de las ventanas.


Siguen las investigaciones

Tras las reparaciones acometidas en las últimas semanas, ayer el director comentó que "aún quedan algunos pequeños detalles, pero ya no somos noticia".


Ni desde la dirección del centro ni desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón confirmaron la apertura de ningún expediente disciplinario por estos "actos vandálicos", y la DGA recordó que hay abierta una investigación de la Guardia Civil.


En este sentido, fuentes del Instituto Armado informaron de que los agentes continúan las pesquisas iniciadas a raíz de las dos gamberradas registrados en el colegio San Juan Bautista, si bien de momento no se ha dado con el autor o autores de estos hechos. No obstante, una de las hipótesis que se ha barajado desde el principio de las indagaciones es que los culpables sean alumnos del propio centro escolar.