MONTAÑA

El proyecto medioambiental más ambicioso para el Pirineo

El Plan Pirineos del Gobierno de Aragón contempla 296 obras para la depuración _y mejora de la calidad de las aguas de todos los ríos pirenaicos. Su puesta en marcha generará 7.000 empleos.

Los ríos del Pirineo aragonés mejorarán la calidad de sus aguas gracias a los planes de depuración puestos en marcha.
El proyecto medioambiental más ambicioso para el Pirineo
EDUARDO VIñUALES

En los últimos años el Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Medio Ambiente, ha acometido ambiciosos proyectos en beneficio de nuestro entorno natural, actuaciones de desarrollo sostenible con una gran proyección de futuro. Es el caso del Plan de Depuración de Aguas Residuales de Aragón, una de las actuaciones de depuración más ambiciosas de toda Europa en la búsqueda por la calidad y recuperación del agua de los cauces fluviales, realidad hecha posible gracias a fórmulas pioneras de colaboración entre lo público y lo privado, un modelo de participación mixta que ha suscitado gran interés en el seno de OCDE y que ha recibido el prestigioso premio internacional Global Water Awards.

Pero lo que muchos aún no saben es qué pasa con los ríos de los pirenaicos, en apariencia todavía pendientes de su completa depuración, pero en muy breve espacio de tiempo beneficiarios de la puesta en marcha del llamado 'Plan Pirineos'. Un total de 296 obras de captación, conducción y depuración de aguas residuales se van a acometer repartidas por todos los municipios del Alto Aragón, permitiendo así conservar el valioso recurso natural que es agua, y a la vez cumpliendo con lo que ordenan las directivas de Europa, protegiendo hábitats y especies vivas de gran importancia ecológica en el contexto comunitario. La consecución de unos ríos vivos va a contribuir, además, a prevenir problemas de salud y a mejorar aguas abajo la calidad de los abastecimientos y de los usos turísticos, industriales o recreativos.

La depuración de las aguas residuales de todos los núcleos del Pirineo aragonés está ya en activo. Ese es el ambicioso objetivo que el Gobierno de Aragón se ha propuesto y que va desarrollar gracias al Plan Integral de Depuración del Pirineo Aragonés, es decir, el llamado Plan Pirineos, puesto en marcha mediante convenio con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, un convenio gracias al cual el Gobierno de Aragón ha podido acometer, por primera vez, obras que están declaradas de interés general de estado y que durante varios años han estado paralizadas.

El Plan Pirineos se está acometiendo también, como ya se ha hecho con el Plan Especial de Depuración de Aguas de Aragón, mediante el citado sistema de concesión de obra pública. Esto significa que las empresas concesionarias se encargarán tanto de la construcción como de su explotación durante 20 años.

Compuesto por 296 obras, repartidas en 62 de municipios de las cuatro comarcas pirenaicas, el Plan Integral de Depuración de Aguas Residuales del Pirineo Aragonés tiene un coste de 128 millones de euros. Esta cifra es mayor si además se considera la explotación de este servicio, con lo que dicha inversión asciende a un total de 350 millones para los próximos 20 años. Todas estas inversiones en depuración y en beneficio del medio ambiente, como es lógico, repercutirán en muchas otras ramas de la economía aragonesa. Para el Consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, se trata de una gran actuación que "va a generar 7.000 puestos de trabajo entre 2008 y 2011 -entre directos e indirectos-. Si esto ya es importante habitualmente, en estos momentos se convierte en un valor inestimable cuando hace falta generar trabajo, generarlo en el conjunto del territorio y con visos de estabilidad".

En unos dos años, el Pirineo aragonés se convertirá en una de las primeras grandes áreas montañosas de toda Europa en conseguir la depuración integral del agua de sus ríos y arroyos, un importante beneficio ambiental que permitirá devolver su estado ecológico a las aguas vertidas estos cauces.

Aragón y Huesca cumplen así con la estricta normativa europea de aguas y medio ambiente, a la par que se conservan hábitats muy frágiles en los que se conserva aún una valiosa biodiversidad única en el Viejo Continente.