SD HUESCA

El punto de partida

El Huesca ofreció una imagen solvente en el duelo ante el Zaragoza que le valió la conquista del Carlos Lapetra.

Andrés Hernández detiene uno de los penaltis de la tanda en la que se decidió el encuentro previo ante el Teruel.
El punto de partida
TONI GALáN/A PHOTO AGENCY

Lo mejor de la victoria del Huesca en el torneo Carlos Lapetra no se encuentra en la relevancia del trofeo que se incorpora a las vitrinas ni en el morbo de derrotar en un partido de 45 minutos a un Zaragoza moribundo. Lo más interesante es el aire compacto y solidario que exhibió el conjunto de Onésimo, que funcionó bien como bloque ante un equipo que, pese a vivir horas muy bajas, milita en Primera División.


La resaca del torneo, al igual que esa bonita foto con la copa y el marcador de fondo, quedan para el recuerdo amable, para los chascarrillos de barra de bar o las anécdotas que el día de mañana contarán a sus nietos los protagonistas. La enjundia, el verdadero poso que cabe rescatar, es la imagen de fiablidad que trasladó el cuadro azulgrana, lejana a la que ha ofrecido en el campeonato de Liga en diferentes fases de varios encuentros.


Quizá por la ausencia de presión, tal vez por lo emblemático del marco o por lo sencillo que resultaba motivarse, el Huesca que jugó ante el Zaragoza presentó credenciales solventes, actuó con oficio, dando sensación de criterio en sus movimientos defensivos y sin abrir canales de entrada de manera gratuita.


Lagunas reincidentes

Por diferentes circunstancias (una expulsión, un gol en contra?), el conjunto oscense ha experimentado lagunas en casi todos los encuentros disputados, periodos de notable despiste a los que no estábamos acostumbrados y que tienen mucho que ver en los dos puntos de 18 posibles que suma la escuadra oscense.


Cuando los partidos están de igual a igual el Huesca compite con bastante dignidad, como se pudo apreciar sobre todo ante el Salamanca en casa y en la primera parte contra el Celta, también en El Alcoraz. El descosido ha venido a la hora de enfrentarse a situaciones particulares, como superioridad o inferioridad numérica, o a la adversidad de encajar un gol y manejar mal la ansiedad que provoca que un partido se ponga cuesta arriba.


Desajustes defensivos

En esas fases de cierta zozobra, se ha echado en falta mayor criterio en la colocación, ajustes posicionales y automatismos defensivos que prevengan, por ejemplo, de contragolpes letales como el que propició el segundo gol del Celta el pasado sábado cuando era el Huesca el que atacaba con un jugador más sobre el terreno; argumentos, en definitiva, que sí pertenecían al desempeño del equipo estos dos años atrás -había un formidable estudio de las peculiaridades de cada oponente- y que, por el momento, no son tan notorios en esta campaña.


Pero esa es la fisonomía, o una parte del rostro, que ha descubierto el Huesca de los seis primeros partidos, lo que no quiere decir que no haya un extraordinario margen de mejora en el que Onésimo pueda conjuntar el equipo, poner aceite en sus bisagras y sacarle el rendimiento que se le supone. Todos los proyectos nuevos tienen un tiempo de carencia y el del equipo azulgrana no ha de ser menos.


Solo la creencia de que los males son estructurales y que no tendrían arreglo con el paso del tiempo podría sugerir a la directiva algún tipo de golpe de timón, pero no parece que los tiros vayan en esa dirección después de tan solo mes y medio de Liga. No concuerda con la idiosincrasia de la entidad y seguramente tampoco con el sentir de la afición.


En todo caso, las declaraciones de la dirección deportiva apuntan en la línea de reforzar el equipo, aprovechando las plazas disponibles que todavía tiene el plantel y la situación de algunos futbolistas profesionales en paro. Tales fueron los casos en su día del guardameta Toni Doblas y de Paco Gallardo.


Parece que el deseo de los rectores azulgranas es acelerar la llegada de algún jugador sin necesidad de esperar a que se reabra el mercado en invierno. Las incorporaciones podrían llegar para cualquiera de las líneas de la escuadra de Onésimo.