Los sindicatos exigen un "cambio radical" y políticas "imaginativas" para crear empleo

Huesca. Al grito de "¡Aquí están, estos son los obreros de Aragón!", unas 700 personas (en torno a 1.000 según los cálculos de los sindicatos) desfilaron ayer por el centro de Huesca para celebrar el Primero de Mayo, Día del Trabajo. Fue una edición especial ya que era la primera vez desde 2007 que UGT y CC. OO convocaban conjuntamente esta manifestación, a la que se sumaron también medio centenar de miembros de la CNT.

Con el lema 'Por el empleo con derechos y la garantía de nuestras pensiones', sindicalistas, trabajadores y representantes políticos de PSOE, CHA e IU partieron a las 12.45 de la plaza de Navarra por los Porches y el Coso Alto hasta llegar a la plaza de Cervantes. Entre las pancartas hubo una con un emotivo recuerdo a las víctimas del accidente laboral ocurrido en la explosión de Harinas Porta de Huesca en el año 2005 con un claro mensaje de 'El trabajo es para la vida. ¡Ni un muerto más!'.

El drama de Labarta, Dequisa...

Ya frente a la Subdelegación del Gobierno, los líderes provinciales de CC. OO., José Gabarre, y UGT, Fernando Gállego, leyeron sendos manifiestos en los que recordaron el drama del paro que está golpeando este último año a los trabajadores y trabajadoras de Labarta, Dequisa, Bieffe Medital, el Centro de Digitalización de la Seguridad Social en Walqa o Industrias Luna, "aunque solo son la punta del iceberg de los 14.000 desempleados que tenemos hoy".

UGT y CC. OO coincidieron en lanzar duras críticas a los grandes empresarios "porque en lugar de invertir sus beneficios en modernizar durante la bonanza económica, se han dedicado a llenarse los bolsillos"; en exigir un "cambio radical" de políticas económicas el Gobierno; y en pedir unidad a los trabajadores "para no perder más derechos laborales". Los aplausos y la entonación de 'La Internacional' pusieron punto y final al acto, tras el cual cada sindicato se reunió para compartir comida y actividades lúdicas.

7 convenios en los tribunales

Desde UGT, Fernando Gállego rechazó cualquier modificación del actual sistema de pensiones "porque aun en lo más profundo de la crisis, sigue funcionado bien y la prueba es que la Seguridad Social va a terminar el año con un superávit de 5.000 millones". Además, reclamó a los grandes empresarios un ejercicio de "responsabilidad" y culpó a la patronal altoaragonesa de los 7 convenios que están hoy en día en los tribunales.

Mientras, al Gobierno le advirtió de que los sindicatos no van a permitir una reforma laboral con recortes salariales o pérdida de derechos y le reclamó "liderazgo y políticas imaginativas que nos hagan retomar la senda del crecimiento y la creación de empleo".

Por su parte, José Gabarre denunció las "presiones" de la gran patronal y de la banca y, frente a ello, invitó al Gobierno a nacionalizar "todo aquello que sirva para cambiar ciertos vicios de estas aves de rapiña". Además, denunció que el Ejecutivo de Zapatero esté realizando "políticas de derecha" y advirtió de que "si no se produce pronto un cambio radical en positivo, la república está a la vuelta de la esquina ya que todo lo demás ya lo conocemos".

Ayudas a la pequeña empresa

Desde Comisiones Obreras criticaron que en estos momentos se esté invirtiendo en grandes infraestructuras pese a ser necesarias, "porque son grandes sumas de dinero que solo reparten grandes dividendos a empresas poderosas". Por contra, exigieron que las ayudas para crear empleo vayan dirigidas a la investigación, a las nuevas tecnologías, al respeto al medio ambiente, al campo, a la industria familiar y a la pequeña empresa, "que es la que mantiene el 80% del empleo".