Huesca. Profesores y alumnos de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Huesca están logrando salvar el retablo de la Iglesia de San Vicente Mártir de Rasal, una pieza tallada en madera del siglo XVIII, dedicada a la Virgen del Rosario, cuyo avanzado estado de deterioro hacía que estuviera a punto de desaparecer.

Así lo aseguró ayer la directora del centro, Pilar Bea, que explicó que en estos momentos se está trabajando en la consolidación de la mazonería de la obra "ya que las termitas se la han comido todo". Añadió que "hay zonas en las que solo queda la parte más superficial, el dorado, y por debajo no hay nada". Sin embargo, fue optimista respecto al resultado final "lo podremos recuperar, y lo haremos con criterios de respeto máximo a la obra". Advirtió que, no obstante el trabajo "llevará tiempo. Hay que tener en cuenta que esto es una escuela y no una empresa, y por tanto las horas de trabajo en la pieza no son las mismas". El retablo llegó al centro el pasado mes de septiembre y para concluir la restauración calculan que tardarán dos años.

Pilar Bea hizo estas declaraciones ayer en el marco de las VII Jornadas Técnicas de la Escuela de Restauración dedicadas a 'Materiales y Métodos para la Limpieza de Pinturas' que imparten, desde ayer para concluir hoy, dos expertos de reconocido prestigio internacional Paolo Cremonesi y Erminio Signorini. Las doscientas plazas ofertadas para las sesiones teóricas se han cubierto ampliamente y ha tenido que recurrirse a realizar una selección para atender la gran demanda de asistencia a los talleres prácticos dado que estaba limitada a un máximo de 20 plazas.

Los temas abordados se refieren a las últimas investigaciones realizadas por los ponentes en torno a los materiales de limpieza que se utilizan en las pinturas y que tratan de evitar que tengan los componentes tóxicos que se venían utilizando tradicionalmente para hacer el trabajo y utilizar otros más respetuosos con la obra y con el propio restaurador.