HUESCA

Preludio laurentino en la basílica de Loreto con almuerzo popular

Las mairalesas hicieron ofrendas al santo y se repartieron 600 raciones de caldereta

Era casi el mediodía y las campanas no paraban de sonar ayer en Loreto anunciando fiesta: el homenaje a la cuna de San Lorenzo, que se celebra cada año el domingo anterior al inicio de las fiestas patronales de Huesca en el lugar donde la tradición dice que nació el patrón. El sol abrasador no pudo con el ánimo de decenas de oscenses que, en coche -la mayoría- o caminando -los más valientes-, se acercaron hasta el lugar donde se levanta la basílica que mandó construir Felipe II y está declarada monumento histórico-artístico, para asistir a este acto prefestivo, iniciado hace unos pocos años pero que en cada nueva edición va sumando más y más adeptos.


Como anfitriones, los miembros de la Cofradía de Loreto y, por supuesto, el Ayuntamiento de Huesca, representado por el alcalde, Fernando Elboj, y concejales de los diferentes grupos políticos. También estuvieron las mairalesas de los barrios y de las peñas, y peñistas, destacando la nutrida representación de la Peña Os Casaus, todos ataviados de blanco y verde, como manda la tradición laurentina.


En el templo se celebró la misa que ofició el párroco de La Encarnación, Miguel Ángel Borao y que contó con la participación, en la parte cantada, de la Coral de Santo Domingo. Acto seguido, las mairalesas desfilaron por la nave central portando cestas con todo tipo de frutos y hortalizas de la huerta oscense, así como con dulces típicos como castañas de mazapán, colinetas, trenzas, dobladillos tortas... y no faltaron las flores y los ramos de albahaca que se ofrecieron al santo y a la virgen de Loreto. También este año se ofrecieron las medallas de plata que la cofradía ha acuñado con la imagen de la virgen por un lado y de San Lorenzo por el otro y que se venden entre los cofrades y público al precio de 35 euros.


El acto religioso concluyó con la veneración de la reliquia de San Lorenzo por parte de los fieles, tras lo que empezó a sonar la música tradicional de los Danzantes.


Mientras, en la parte posterior de la basílica se ultimaba de guisar la suculenta caldereta de carne a la pastora que el ayuntamiento ofrece a cuantas personas se suman a este ritual. Los cocineros José y Roberto Cebollero -padre e hijo- ayudados por miembros de las brigadas municipales emplearon unas cuatro horas en preparar las seiscientas raciones de este guiso. Para elaborarlo emplearon 125 kilos de carne de cordero, 20 kilos de cebollas, otros 10 de zanahorias, 50 de patatas, 10 de pimientos verdes, 80 litros de aceite, 12 de vino tinto, 10 cabezas de ajo y sal. Antes de que las grandes cazuelas con el rico guiso salieran de las cocinas, el público ya había formado una larga fila donde aguardaba para recoger su ración. Cada cual saboreaba la suya en el mejor lugar que encontraba. Algunos hasta se llevaron mesas y sillas plegables que abrieron a la sombra de los árboles en la explanada situada frente al templo y todos apreciaron el excelente hacer de los cocineros.


El retablo


El alcalde, Fernando Elboj, que disfrutó como el primero de esta celebración, mitad religiosa y mitad laica y popular, y dedicó una felicitación a la familia que preparó la caldereta, se comprometió a que el próximo año la fiesta se celebre con el altar mayor presidido por el nuevo retablo, un proyecto que tuvo que posponerse para atender a otras necesidades mas urgentes.


Elboj aludió al enorme patrimonio que tiene la iglesia en el municipio de Huesca y sus numerosas necesidades con las que el Ayuntamiento colabora en la medida de sus necesidades y priorizando la urgencia de cada actuación. El alcalde recordó que en este momento "el esfuerzo del ayuntamiento se está centrando en la iglesia de la Compañía" tras lo que insistió en que a partir de septiembre se va a retomar el proyecto de realizar un "retablo precioso para Loreto", del que no quiso precisar más detalles.


Elboj y la concejala de Fiestas, Teresa Sas, aludieron a la trascendencia de esta celebración como preludio del "sanlorenzo".