TEATRO

La voz de Teresa Berganza inaugurará la nueva etapa del Teatro Olimpia de Huesca

Las obras de rehabilitación del edificio, cuyo coste superará los 6 millones de euros, se iniciaron en 2005 tras un periodo de reflexión por parte del equipo de dirección sobre las dificultades que supondría la modernización del inmueble y su posterior gestión.

Un recital de la mezzosoprano española Teresa Berganza inaugurará el 11 de febrero la nueva etapa del rehabilitado Teatro Olimpia de Huesca, un escenario que volverá a abrir sus puertas tras cinco años cerrado y con una gala que contará con la presencia, ya confirmada, de un miembro de la Casa Real. Así lo aseguraron responsables de la Fundación "Anselmo Pié", empresa propietaria del edificio, que informaron a pie de obra del avance de los últimos trabajos realizados en el inmueble.


Las obras de rehabilitación del edificio, cuyo coste superará los 6 millones de euros, se iniciaron en 2005 tras un periodo de reflexión por parte del equipo de dirección sobre las dificultades que supondría la modernización del inmueble y su posterior gestión.


Según explicó el vicepresidente de esta entidad cultural, Eduardo Estallo, el fracaso de las negociaciones emprendidas con el Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Huesca para ceder la gestión del Teatro y conservar la propiedad, determinó la decisión final de asumir esta responsabilidad con recursos propios.


Dos años después de iniciarse las obras bajo la dirección del arquitecto Eduardo Cuello, el Teatro Olimpia se ha modernizado en su totalidad para acoger cualquier tipo de espectáculo, pero sin renunciar al aspecto original de su fachada y del patio de butacas.

Ochenta obreros diarios


Para la reforma, en la que han trabajado una media diaria de ochenta personas, se adquirió un solar colindante que ha permitido no sólo ampliar el vestíbulo de entrada sino la caja escénica, que dispone ahora de una embocadura de 9,46 metros de alto, 17 de ancho, y un fondo de 8,9.


El arquitecto explicó que se ha ahondado en la zona del foso de la orquesta otros 6,5 metros de profundidad, para ampliar los espacios y habilitar una zona de camerinos. La platea se ha remodelado en forma escalonada para mejorar la perspectiva visual del espectador, al igual que el anfiteatro, por lo que el aforo de la sala se ha reducido de 1.180 a 776 butacas, detalló.


Entre los elementos decorativos incorporados se encuentra una gran lámpara central art decó adquirida en París, y motivos ornamentales en el interior del patio de butacas realizados con pan de oro por un artesano, explicó el arquitecto,


Para financiar el proyecto, la Fundación Anselmo Pié solicitó dos créditos financieros cuyo pago prevé acometer con una operación urbanística que contempla el derribo del antiguo Cine Avenida, también de su propiedad, y la construcción de un bloque con unas cincuenta viviendas.

"Casi el mejor teatro de Aragón"

 

Según Eduardo Estallo, que compareció con el presidente de la Fundación, Manuel Pérez, y la directora del teatro remodelado, Lorena Blasco, "morirá el Cine Avenida para que el Olimpia siga vivo". Añadió que "tenemos casi el mejor teatro de Aragón y vamos a hacer una programación acorde con su nivel y sin querer competir con nadie".


En este sentido, la directora del Teatro Olimpia anunció que la programación de este espacio contará con las principales figuras de la escena española, sin desatender la numerosas convocatorias culturales que se producen en Huesca a lo largo del año, como son festivales de cine, música y teatro. Recalcó que al margen de la programación propia, se mantendrán "contactos con instituciones públicas y privadas para dotar de más contenido al Teatro Olimpia", ya que no quieren que continúe cerrado.


El recital de Berganza, una mezzosoprano que ha colaborado con músicos como Von Karajan, Giulini, Solti o Abbado, entre otros, incluirá obras de Vivaldi, Scarlatti y Handel así como otras piezas de los contemporáneos Hahn, Toldrá, Guastavino y Piazolla.


El Teatro Olimpia, que centró la vida cultura de Huesca durante décadas, fue inaugurado en 1925 con una actuación de Miguel Fleta, y además de ejercer su función como cine (en 1926 se estrenó La Quimera del Oro) o teatro, sirvió de escenario para mítines políticos.