Las abejas se apuntan al vermú
Los bomberos de Huesca han recogido enjambres en los últimos días de lugares tan insospechados como la sombrilla de unos veladores o la rueda de un coche.
Un enjambre de abejas se coló, a la hora del vermú, en la zona de terrazas más frecuentada de Huesca, para asombro de los camareros y espanto de los clientes. Ocurrió el sábado en la calle Padre Huesca. Y es que en esta época del año los bomberos del Ayuntamiento realizan una o dos intervenciones diarias para retirar a los insectos de los lugares más insospechados. Tan pronto se instalan en la sombrilla de la terraza de un bar como bajo la rueda de un coche, y por supuesto en ventanas y cornisas.
Se nota que ha comenzado la época de máxima actividad. Es habitual que dividan sus colonias y enjambren en busca de un nuevo hogar, señalan los bomberos de la capital oscense, que recomiendan que si alguien ve un enjambre, mantenga la calma y nos llame. Pese al llamativo zumbido y el revolotear de cientos de abejas, en ese momento son prácticamente inofensivas, tranquilizan.
Sin embargo, todo el mundo salió huyendo cuando el sábado, pasadas las dos de la tarde, hicieron acto de presencia en los veladores de la calle Padre Huesca. Según ha explicado el jefe de mando del parque, Jacobo Morlán, un camarero oyó un zumbido mientras servía a unos clientes y vio pasar a un montón de abejas que se metieron bajo la sombrilla de velador. Acudimos con los trajes especiales y con una caja donde hay feromonas (sustancia química utilizada para atraerlas) y unas celdillas con cera, que preparamos nosotros en el parque. En un extremo lleva un agujero para que las que no entran al principio vayan haciéndolo, explicó Morlán. A las cuatro y media de la tarde, como todavía seguía habiendo insectos fuera, se acordó y señalizó la zona y se depositó la caja en el suelo. Hasta las diez de la noche no entró la última.
Solo unos días antes, los bomberos recibieron un aviso porque un enjambre se había posado en la rueda de un vehículo estacionado en la calle. Los bomberos acudieron con la caja y consiguió que la reina entrara. En este caso, rápidamente el resto del enjambre comenzó a seguirla y en menos de media hora estaban todas las abejas a buen recaudo.
