FORO HERALDO - EXPO PAISAJES

"Es difícil aplaudir un proyecto que se desconoce"

Los participantes en el foro consideran que la falta de datos sobre el proyecto de Floralia ha complicado hasta ahora el consenso. Desde posiciones discrepantes, defienden una mayor participación social y debate público sobre la muestra internacional de 2014

La Expo Paisajes de Zaragoza ha iniciado su camino hacia el año 2014 y ya se presume un acalorado debate entre detractores y defensores del proyecto. Esta es la impresión general que arroja la conversación que mantienen los seis participantes del Foro Heraldo convocado para analizar el impacto que causará en la capital aragonesa la futura muestra internacional dedicada a las flores y la horticultura.


En la mesa se sientan el adjunto a la dirección general de Operaciones de Expoagua, Francisco Pellicer; la representante de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex), Chus Verón; el secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), Javier Sánchez; el miembro de la organización ecologista Ansar Mariano Mérida; el presidente de la Asociación de floristas, Pedro Vicente Ferrer; y el presidente de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), Miguel Ángel Mallén. Cada uno tiene una opinión diferente y la defiende con convicción.


La discusión es apasionada y rápidamente se vislumbra la disparidad de criterios entre los contertulios. Pellicer, Verón y Ferrer defienden el proyecto de Floralia, sus ventajas como motor de transformación urbana del este de la ciudad y su atractivo a la hora de promocionar Zaragoza. Pero comprenden que la iniciativa no haya alcanzado el nivel de entusiasmo que en su día concitó la Expo de 2008, clausurada el pasado septiembre.


"No es el mismo proceso de elección", explica Chus Verón. Pellicer indica que "es distinto cuando se produce una competición larga, con cuatro años de calentamiento durante los que se fueron ganando adeptos". Pellicer recuerda la época en la que se empezó a gestar el proyecto de la Expo 2008 y la compara con el momento actual. "Me llamaban embaucador, embustero, iluso... Tuvimos que aguantar muchas cosas. Ahora es difícil aplaudir algo que se desconoce, no se ha podido transmitir ilusión. Pero tenemos la certidumbre de que se puede hacer y eso es una gran ventaja", dice.


El objetivo de la ilusión


El desconocimiento del proyecto, que solo está bosquejado y al que le queda mucha cocina, es un factor fundamental que repiten todos los participantes en el debate. "La falta de entusiasmo obedece al secretismo con que se ha llevado el proyecto. Pero de aquí a 2009 esa ilusión se debe generar. Es muy fácil hacerlo. Hay que llegar al ciudadano", explica Pedro Vicente Ferrer. Chus Verón coincide en que "el público general no conoce este tipo de exposiciones, pero conforme se desarrolle el proyecto y la gente de Zaragoza lo vaya viendo, va a gustar". "Es una muestra muy visual, que enamorará a simple vista. Entra por los ojos", concluye.


Con matices que diferencian sus posiciones, Javier Sánchez, Mariano Mérida y Miguel Ángel Mallén son más críticos con el proyecto y coinciden en que ha faltado información. "Esto ha salido como una seta de otoño, como una cosa que nace del tejado y al que le faltan los cimientos. Habrá que hacer una labor de pedagogía. Si se parte desde cero y se implica a la ciudadanía y a los distintos sectores se puede conseguir esa ilusión", dice Sánchez.


Miguel Ángel Mallén reclama participación ciudadana en el proyecto. Pero opina que será "un poco complicado" generar una unidad social en torno a la iniciativa equiparable a la de la Expo 2008. "Hay muchos colectivos que ponemos prescripciones porque creemos que después de esta fase habría que dedicarse a la ciudad consolidada", dice. Mariano Mérida, que se opone a la celebración de la Expo 2014, subraya que "no ha habido nada de participación" y que "como todo es opaco, la gente se sensibiliza".


Pero, ¿qué aportará esta Expo a Zaragoza? "Estas exposiciones, que son muy conocidas a nivel europeo, aportan visitantes, proyección internacional y prestigio", explica Chus Verón. No obstante, Mérida considera que "en la Expo 2008, el aspecto internacional no ha sido muy explícito".


Mallén tiene dudas. "Las Expos son un proceso para que lleguen inversiones. Pero vemos que hay grandes inversiones para grandes eventos que no llegan a los barrios sin estructurar. Hay un desfase entre las grandes infraestructuras y las zonas consolidadas", comenta el líder vecinal, que exige que "los grandes eventos no deben servir para tapar otras cosas". "Hay que ver antes los problemas de la ciudad, que no se pueden quedar sin resolver", agrega.


"Pero las infraestructuras benefician al conjunto de los barrios", matiza Pellicer. "El impacto positivo de la Expo 2008 ha sido impresionante. Y una nueva Expo es una manera de seguir sacando rendimiento a lo conseguido y por otro lado nos permite reequilibrar la ciudad por el este", afirma el representante de Expoagua.


Al introducirse la discusión urbanística se aviva el debate, sobre todo cuando se habla de la posibilidad de recalificar terrenos en la huerta de Las Fuentes (una de las ubicaciones posibles) o firmar convenios urbanísticos para financiar la muestra. "Para cerrar la ciudad por el este no hacen falta Expos ni recalificaciones de suelo. Al final resulta que se recalifican terrenos públicos con viviendas carísimas, como ha ocurrido con Zaragoza Alta Velocidad (ZAV) en las Delicias, y lo pagan todos los ciudadanos por la vía indirecta", recuerda Mariano Mérida.


Polémicas recalificaciones


"¿Pero quién lo gana? El meandro de Ranillas, que estaba en manos privadas, ahora es un bien público", responde Pellicer, que recuerda que en los terrenos de la Expo 2008 "se excluyeron las viviendas fruto del debate ciudadano". Miguel Ángel Mallén considera que plantear recalificaciones de suelo "no es lo adecuado". "Pero habrá que generar los recursos", exclama Pellicer.


El presidente de los floristas dice que Zaragoza "debe ser cómoda para los ciudadanos" y defiende que, "una vez decidida la Expo, está bien que, sin cambiar demasiado el entorno, se pueda hacer ciudad". A su juicio, con esta muestra internacional "se potenciará esa zona de la capital, como con la de este año se ha mejorado La Almozara y el Actur".


Por otro lado, Chus Verón subraya que gracias a la Expo Paisajes, la capital aragonesa conseguirá "revitalizar una zona y ganará espacios verdes". "Creo que eso es más interesante que tener una zona de producción tan cercana a la ciudad", sostiene la representante de la Fepex, frente a la tesis de Mérida, que cree que "la propia huerta es ya un sitio de recreo y de paseo".


Para Miguel Ángel Mallén y para Mariano Mérida hay que respetar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). "No hace falta recalificar, porque en esta Expo hay plantaciones. Es un uso compatible con lo que dice el PGOU. Habrá que mejorar esos espacios, crear aparcamientos y dotar ese entorno de transporte público. Son elementos que revalorizan ese espacio", replica Pellicer. Chus Verón indica además que la edificabilidad en estas Expos "es mínima".


"Pero se plantean convenios urbanísticos en ese entorno", corrige Mallén. "Entonces se verá la oportunidad -replica Pellicer-. El PGOU no son las tablas de la ley". Ante esa afirmación, Mariano Mérida responde: "Pues entonces no hagamos un Plan General".


Medio rural y urbano


La discusión deriva hacia el papel que debe jugar la agricultura autóctona en esta muestra. "Se han sufrido muchos recortes presupuestarios por la Expo. No puede ser que ahora los presupuestos se vayan a este tipo de historias a costa de un montón de cosas pendientes en el medio rural", afirmó Javier Sánchez, que exigió que el Departamento de Agricultura de la DGA no destine dinero a la muestra. Además, reclamó que los sindicatos agrarios jueguen también un papel.


"Este es un proyecto de ciudad y del entorno rural. Es muy territorial y permitirá cohesionar las formas rurales y las urbanas", destaca Pellicer. Según Verón, "la producción agrícola y hortícola de aquí será la protagonista". Sin embargo, Mariano Mérida discrepa. "¿Pero eso se hace a base de Expos? Apoyamos el aspecto de la agricultura del Valle del Ebro, pero no con una Expo 2014. Habrá que ver si se puede valorizar la producción de alimentos sin recalificar ni destruir la huerta".


Parece claro que el proyecto aún no está maduro. "Lo que tenemos es una criatura que, con el debate, va a ir creciendo", dice Pellicer. Por este motivo, para generar consenso, reclaman participación, incluso para "ver si queremos una Expo o no", como opina Mérida. "Me gustaría exigir que se cuente con todos los sectores, no solo para preguntar, sino para organizar", sugiere Pedro Vicente Ferrer. Por lo tanto, entre la disparidad de criterios en torno a la Expo floral, solo cabe extraer una conclusión en la que todos coinciden: habrá que seguir hablando.