AGUA

Baltasar dice que la mejora de los embalses de Barcelona solo ofrece agua para un mes

La Generalitat asegura que de octubre a mayo hay que trasvasar 4 hm3 mensuales para evitar restricciones, pero a la vez sostiene que los 30 hm3 que han ganado los pantanos apenas mejoran la situación

El consejero catalán de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, aseguró ayer que la recuperación que están experimentando los embalses que abastecen a la región metropolitana de Barcelona solo garantiza el suministro durante otros 30 días. "Está muy bien, pero solo nos permite decir que podemos retrasar un mes la declaración de emergencia -afirmó Baltasar-. Es evidente que se mantiene una necesidad muy importante, ya que la desaladora (de El Prat) entrará en servicio en mayo y los recursos de agua se quedarían entre octubre y noviembre".


El titular de Medio Ambiente de la Generalitat se reafirmó así en la postura defendida por el tripartito desde que se destapó el proyecto de trasvase del Ebro a Barcelona. El Ejecutivo catalán ha repetido una y otra vez que a partir de octubre, y hasta el mes de mayo, hará falta transferir unos 4 hectómetros cúbicos (hm3) mensuales para evitar posibles restricciones de agua en la región metropolitana.


Esto supone que en total se trasvasarán unos 32 hm3, una cantidad prácticamente idéntica a la que han ganado los embalses del sistema Ter-Llobregat desde el pasado 1 de abril. Sin embargo, cuando a la Generalitat se le pregunta por las consecuencias de ese incremento de reservas, sus responsables sostienen que la situación apenas ha mejorado.


Así ocurrió el pasado 25 de abril tras la reunión en Zaragoza con los regantes de la Federación del Ebro y así volvió a suceder ayer. El consejero Baltasar hizo estas declaraciones en presencia del secretario de Estado de Agua y Medio Rural, Josep Puxeu, lo que significa que el Gobierno central o da por bueno esos razonamientos o no se atreve a contradecirlos a pesar de que atentan contra la lógica matemática.


Contra la lógica matemática


El real decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros para autorizar el trasvase a Barcelona reconoce, en su exposición de motivos, que el déficit hidráulico que amenaza con provocar restricciones en la capital catalana y su entorno no llegará hasta el mes de octubre. A partir de esa fecha, el balance negativo entre lo que gaste y lo que reciba la región metropolitana será de 3,9 hm3 mensuales hasta que se inaugure la desaladora de El Prat -que aportará 5 hm3-.


Sin embargo, el propio decreto también deja claro que esas cifras corresponden al supuesto de que los registros de precipitaciones se mantengan en valores "prácticamente inexistentes", algo que no está sucediendo y que por tanto echa por tierra los argumentos del Gobierno y de la Generalitat.


Desde el 1 de abril, los pantanos de La Baells, Sau, Susqueda, La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç han pasado de estar al 20,4% de su capacidad conjunta con 125 hm3 a situarse por encima del 25% con 155 hm3. Ese aumento de 30 hectómetros permite afrontar más de siete veces de déficit, lo que retrasa la fase de posibles cortes de agua en Barcelona al menos hasta marzo o abril del año que viene. Además, los pantanos del sistema Ter-Llobregat siguen en una tendencia al alza que se podría acentuar durante un mes tradicional lluvioso como mayo.


Esto significa que el trasvase del Ebro a Barcelona o bien servirá para evitar posibles cortes de agua durante apenas dos meses o, directamente, será innecesario porque con el agua almacenada en los embalses será suficiente para abastecer a la región. Por eso resulta llamativa -y sobre todo da que pensar- la insistencia del Gobierno y, sobre todo, de la Generalitat, en gastar más de 180 millones para un proyecto que además tiene alternativas.


Los aproximadamente 30 hm3 que se pretenden trasvasar desde el Delta -el decreto autoriza hasta 50, pero por la tubería no caben más de 121 y Tarragona consume 90- podrían obtenerse de la desalación de caudales procedentes de acuíferos y de la reutilización de aguas ya depuradas.


El catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona Narcís Prat ha pedido sin éxito que las obras se pospongan un mes para ver cómo evoluciona la situación.