Así se lograría que las piezas regresen por fin a Aragón

Los expertos apuntan hasta tres opciones que permitirían recuperar la posesión de las obras retenidas en Lérida, ante la negativa de las instituciones catalanas.

¿Cuál es la fórmula 'mágica' para que la esperada vuelta a Aragón de los bienes retenidos en Lérida sea una realidad cuanto antes? La respuesta a esta compleja pregunta no es única, y los expertos consultados por este periódico apuntan varias opciones que permitirían recuperar las piezas que actualmente se encuentran en depósito en el Museo Diocesano y Comarcal de la capital ilerdense, ante la negativa de Cataluña a cumplir las órdenes del Vaticano y entregar las obras.


Cerrada desde hace tiempo la vía de la negociación entre las instituciones civiles aragonesas y catalanas, e incluso entre los dos obispados enfrascados en un litigio que dura ya más de una década, dos de las alternativas que ofrecen los juristas pasan por los tribunales civiles, mientras que la tercera implica directamente a las más altas instancias políticas de nuestro país. Eso sí, todas ellas incluirían, llegado el caso, la intervención de la Guardia Civil.


1. UNA SENTENCIA CIVIL FIRME

Si bien es cierto que la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Lérida conocida el pasado martes no hace ninguna mención expresa al traslado de los bienes, el reconocimiento por parte de un juez civil de que este patrimonio pertenece a las parroquias de Barbastro-Monzón, tal y como ya habían decretado los tribunales vaticanos en múltiples ocasiones, abre una nueva puerta a la posible devolución de las piezas en disputa.


En todo caso, no sería una solución inmediata, puesto que habría que esperar a que el fallo fuera firme, y el colectivo que presentó la demanda para dirimir la propiedad de 85 de las 112 obras, los Amics del Museu de Lleida, ya han anunciado que en los próximos días recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial. Si en segunda instancia tampoco lograrán un fallo favorable, todavía podrían acudir al Supremo, lo que retrasaría considerablemente la sentencia definitiva. Si esta ratifica lo dictado por la magistrada de Lérida, el obispado barbastrense podría pedir su ejecución, es decir, la entrega de los bienes a su legítimo propietario, para lo cual el juez podría solicitar la colaboración de las fuerzas del orden.


2. EL EXEQUÁTUR CONCEDIDO

Sin salir de los tribunales, otra de las medidas que podría propiciar el regreso a Aragón del arte reclamado es el exequátur, el proceso judicial que el obispado y el Gobierno de Aragón instaron conjuntamente en mayo de 2009 ante el Juzgado de Primera Instancia de Barbastro, y que supondría la homologación en España y la ejecución del decreto vaticano que obliga a Lérida a devolver los 112 bienes sacros retenidos en su Museo Diocesano y Comarcal.


El pasado mes de mayo, el juez dictó un auto en el que denegaba la solicitud, aunque la decisión fue recurrida por la diócesis, por la DGA e incluso por la fiscalía, que previamente había informado favorablemente la concesión del exequátur. Ahora es la Audiencia Provincial de Huesca la que debe resolver las apelaciones, y según diversas fuentes consultadas, este proceso podría demorarse varios meses.


En caso de que se finalmente se obtuviera un pronunciamiento favorable a los intereses aragoneses, el juez tendría que ordenar la devolución inmediata de las piezas reclamadas, con el auxilio de la fuerza pública si es necesario. De hecho, así lo ha solicitado en su recurso el abogado de Barbastro-Monzón, Hipólito Gómez de las Roces.


3. IGUAL QUE EN SALAMANCA

La tercera posibilidad remite a la intervención directa del Gobierno central, que tiene facultades para, en un momento dado, ordenar a la Guardia Civil que 'rescate' de Lérida los bienes. Es decir, lo mismo que se hizo en el caso de los papeles de Salamanca para llevarlos a Barcelona, una comparación que el obispo barbastrense, Alfonso Milián, ha utilizado en muchas ocasiones a lo largo de estos años pero que en Cataluña no quieren ni oír porque, dicen, "no es lo mismo". Esta es sin duda la alternativa más rápida y efectiva, ya que el Gobierno puede adoptar la decisión en cualquier momento.


Otra cosa es que el Ejecutivo de Zapatero tenga voluntad de resolver este interminable conflicto o que desde Aragón se pueda ejercer la misma presión que la Comunidad vecina.