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Nuevos residentes de Familia en Aragón: "Debería valorarse más"

En Aragón quedaron sin cubrir 17 plazas de mir de esta especialidad tras la 'repesca' del Ministerio.

Tres nuevos residentes de Familiar y Comunitaria del Sector Zaragoza III, en su primer día de formación.
Tres nuevos residentes de Familiar y Comunitaria del Sector Zaragoza III, en su primer día de formación.
HA

Los hospitales aragoneses reciben este martes a una nueva generación de residentes, que se unen a las promociones que se forman en los distintos sectores sanitarios. Este año, además, se da un hecho insólito: habrá quienes terminen su periodo formativo el 27 de mayo (las especialidades de cinco años que entraron en el sistema en 2019) y quienes finalizarán en septiembre (aquellas especialidades de cuatro años), como consecuencia del retraso en su incorporación por la pandemia de covid.

Jaime Bona, jefe de estudios de la unidad docente de Atención Familiar y Comunitaria del Sector Zaragoza III, explica que "van a coincidir cinco promociones de mir de Familia" durante estos meses. Hay que recordar que el Departamento de Sanidad ha preparado una orden para fidelizar el talento, que busca también captar a los residentes para garantizar la asistencia durante los meses de verano y cubrir así vacantes del personal, "con la supervisión correcta en centros docentes" y con una mayor retribución económica.

Este martes es un día de ilusión y nervios y también de encuentros y presentaciones. Son emociones y sentimientos que han estado a flor de piel en el acto de bienvenida que ha ofrecido el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa a los nuevos residentes. "La llegada de estos facultativos siempre es una buena noticia", han reconocido en esta jornada, sobre todo en estos tiempos de déficit de médicos. 

"Si no se incorporan nuevos residentes -asegura la jefa de estudios de la unidad docente de Calatayud, Mar Milla- no habrá a medio y largo plazo recambio generacional". En este sector sanitario, según apunta, se han conseguido cubrir dos plazas mir de las seis que se ofrecían: "Es un poco justo pero por lo menos no nos quedamos a cero". Reconoce que es "complicado" atraer a los profesionales a los centros de difícil cobertura: "Pero yo soy defensora de la medicina rural, y no termino de entender por qué quedan vacantes en los hospitales comarcales, donde los residentes tienen muchas posibilidades, porque son los únicos mir y tienen todos los especialistas a su disposición para rotar por los diferentes servicios". "Y cuanto más interés pongan más se les va a enseñar", señala.  

El paso a la etapa laboral

Para Celia Abad, Javier Rubio y Salomé Asensio, la unidad docente de Atención Familiar y Comunitaria del Sector Zaragoza III (Clínico) era su primera elección para hacer la especialidad. En el caso de Celia y Javier, en Medicina, y en el de Salomé, en Enfermería.

En su primer día de formación reconocen estar "nerviosos" pero con "muchas ganas por aprender". Celia señala que es su primer contacto con el mundo laboral y "da un poco de vértigo": "Pero tenemos muchas ganas de empezar, de aprender un montón". Tanto para ella como para Javier, Familiar y Comunitaria era su primera opción en el proceso de adjudicación. En este sentido, Javier Rubio añade: "Quería elegir Familia, era lo que siempre había querido. Es la medicina que siempre había visto, la encuentro atractiva, es más cercana al paciente y más integral". 

En opinión de Celia: "Mucha gente no encuentra atractiva la Medicina Familiar, pero somos un pilar fundamental y no solo una puerta de entrada, y debería valorarse más. Somos especialistas como todos los demás, con una formación de cuatro años".

Salomé, enfermera, relata que llevaba tres años trabajando, alguna vez con un contrato de 'pool', rotando por distintos servicios: "Y me di cuenta que lo mejor era especializarse. Me gusta la especialidad de Familiar y Comunitaria, porque es muy amplia". 

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