entrevista

Manuel G. Bedia: "Los cambios que se anticipan deberán estar sujetos a un debate social y democrático"

Para Bedia, "España tiene una buena situación de partida en IA gracias al superordenador Mare Nostrum 5".

Manuel G. Bedia, director general de Planificación Estratégica en Tecnologías Digitales Avanzadas y Nueva Economía de la Lengua en el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Manuel G. Bedia, director general de Planificación Estratégica en Tecnologías Digitales Avanzadas y Nueva Economía de la Lengua en el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Oliver Duch

Manuel G. Bedia, profesor de Ingeniería Informática de la Universidad de Zaragoza, actualmente es director general de Planificación Estratégica en Tecnologías Digitales Avanzadas y Nueva Economía de la Lengua en el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.

La palabra ‘artificial’ se contrapone con la palabra ‘humano’ y abre paso al vértigo. ¿Hemos acertado al bautizar la inteligencia artificial?
Somos víctimas de todo el imaginario al que esa expresión nos remite. Nuestra tendencia a la antropomorfización es constante en la atribución de características humanas a entidades no humanas. Cuando los actuales modelos de lenguaje con los que conversamos cometen errores, decimos que ‘sufren alucinaciones’, una muestra más de este lenguaje psicologizado. Desde este contexto, es fácil deslizarse por la pendiente resbaladiza que nos lleva de las máquinas ‘inteligentes’ que ‘razonan’, a las inquietantes máquinas ‘conscientes’, cuyo primer pensamiento, con total seguridad, será destruir la especie humana. Y con esta naturalidad, llegamos a dar cobertura a discursos apocalípticos y a miedos inducidos que necesitamos conjurar. Deberíamos haber elegido un término más neutro. Haberlo intentado con una expresión con menos ‘sex-appeal’, como ‘métodos metaheurísticos de optimización en ingentes bases de datos’; hubiera sido más riguroso y no tendríamos que padecer discursos mesiánicos y alarmistas sin fundamento.

"Estamos en el origen de una gran revolución tecnológica, como lo fue internet, con un gran potencial de transformación social"

¿Qué alcance tiene la revolución que viene de la mano de la IA?
Hay movimientos extremos, por ejemplo, el ‘aceleracionismo efectivo’, un movimiento de moda en Silicon Valley, que considera que la innovación sin regulación ni restricciones es la única solución a todos los problemas del mundo actual; y, por otro lado, hay muestras de ‘neoludismo’, personas que se oponen al avance de esta tecnología ‘per se’ y que tiene su origen en los luditas británicos del siglo XVIII. Frente a lo que viene, yo me definiría como optimista precavido. Intuyo que estamos en el origen de una nueva y gran revolución tecnológica, como lo fue internet, que nos permite vislumbrar un crecimiento y un potencial de transformación social de enorme impacto. Esto ya ha ocurrido antes en la historia de la humanidad, por ejemplo, el paso de la oralidad a la escritura supuso cambios profundos que excedieron los circunscritos al mero instrumento de comunicación y que modificaron profundamente las relaciones entre la ciudadanía y de las sociedades. Como en el pasado, estos cambios que se anticipan deberán estar sujetos a un debate social y democrático de forma imprescindible.

¿Y en términos estratégicos? Porque el liderazgo viene de corporaciones más poderosas que los Estados.
Las inversiones que conllevan los desarrollos de esta última ola en IA son desproporcionadas y multimillonarias. Microsoft ha invertido 13.000 millones de dólares en OpenAI, la empresa que ha lanzado el famoso Chat GPT. Amazon ha declarado que ha financiado Antropic con 4.000 millones. No hay posible competencia en este ámbito salvo que se usen las infraestructuras tecnológicas de un Estado. Por ejemplo, España tiene una buena situación de partida gracias al Mare Nostrum 5, uno de los diez supercomputadores más potentes del mundo, gracias a una inversión que ha alcanzado los 200 millones de euros. Varios países europeos, España entre ellos, han comenzado a apostar por desarrollar tecnologías equivalentes mediante impulso público como parte de una estrategia de soberanía tecnológica europea. La UE acaba de anunciar más de 760 millones de euros del programa Europa Digital para la transición digital y la ciberseguridad de Europa. Quizás aún sean pasos pequeños, pero van marcando el camino.

Usted es director general de Planificación Estratégica en Tecnologías Digitales Avanzadas y Nueva Economía de la Lengua en el Ministerio para la Transformación Digital. ¿Qué es eso de la Nueva Economía de la Lengua?
El término pretende identificar y promover el potencial de la lengua como factor de crecimiento económico y competitividad internacional, aprovechando las nuevas tecnologías de IA y lingüísticas. Explota las posibilidades de sectores tradicionales vinculados a la cultura y la lengua, como la producción audiovisual, la traducción o la divulgación, cuando se ven atravesados y reforzados por esta tecnología disruptiva.

"España apostará por el desarrollo de tecnologías propias, como ejemplo y compromiso de soberanía tecnológica"

¿Qué planes hay en marcha y qué oportunidades abren a la IA hecha en Aragón?
El Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública está trabajando en un conjunto de prioridades que se han ido detallando en varias comparecencias. Básicamente se buscará un refuerzo en infraestructuras públicas de IA y se apostará por el desarrollo de tecnologías propias, como ejemplo y compromiso de soberanía tecnológica, para garantizar estándares de calidad y privacidad compatibles con las exigencias de la regulación europea sobre inteligencia artificial recién aprobada. Llegué a Zaragoza hace unos 15 años. Siempre me llamó la atención de este territorio dos cosas. La primera, su meso-escala, que le permitiría organizarse territorialmente como un ecosistema integrado y enfocado a objetivos, y la segunda, la apertura a incorporar ideas nuevas y nuevos puntos de vista. Se percibe, desde la óptica del que llega, un cierto carácter sustentado en la curiosidad. Al menos esa ha sido mi experiencia. No son malas condiciones para una transformación social de la envergadura de la que tendremos que hacer frente.

En febrero se anunció que España desarrollará un gran modelo de lenguaje de inteligencia artificial entrenado de forma específica en español. ¿Por qué es necesario?
En la actualidad, este es un ámbito dominado por las grandes corporaciones tecnológicas americanas. Esto explica que los modelos de lenguaje que se van presentando estén basados en corpus anglocéntricos y que el progreso tecnológico no se desarrolle por igual en todas las lenguas. Por ejemplo, el porcentaje de recursos anglófonos alcanza hasta el 90% en la mayor parte de los sistemas actuales; en los ejemplos donde hay más contribuciones de otras lenguas, el porcentaje de español no supera el 10%. Existe una distancia abismal entre el inglés y las demás lenguas, incluida la española, y por tanto en la eficacia y calidad de los productos que explotan estos modelos, como traductores o herramientas de síntesis y redacción.
El objetivo fundamental de este proyecto es el de impulsar una infraestructura tecnológica abierta, pública y transparente, de forma que el Estado pueda proveerse de un 'modelo de lenguaje de gran escala' que facilite el desarrollo de servicios en tecnologías del lenguaje y le permita desarrollar aplicaciones avanzadas con una amplia variedad de características lingüísticas (por ejemplo, asistentes inteligentes, sistemas conversacionales y de diálogo, modelos de generación de contenido, etc.) con el objetivo fundamental de aplicación y modernización en la Administración pública. El carácter público del proyecto preservaría que los estándares en privacidad y solidez en términos jurídicos estuvieran garantizados.

¿En qué momento se encuentra?La coordinación del proyecto se lleva desde el Centro Nacional de Supercomputación, situado en Barcelona. Según sus estimaciones a finales de año llegarán a modelos entrenados con inmensos conjuntos de datos que corresponderían a varios miles de millones de libros. Serán modelos capaces de mostrar comportamiento generativo y, obviamente, tendrán una presencia del castellano y lenguas cooficiales mucho mayor que los modelos hoy disponibles. Durante 2025, y una vez el Mare Nostrum 5 esté en producción, se podrá plantear una segunda generación de modelos que lleguen a los estándares tecnológicos de los productos comerciales más avanzados.

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